bilbao - Jon Rahm está librando un pulso con el Club de Golf de Chapultepec y después de dos jornadas la lucha está ligeramente de su parte con su registro de uno bajo el par del campo. Este registro le deja antes del fin de semana entre los veinticinco primeros, pero aún muy lejos del liderato del WGC México. El estadounidense Bryson DeChambeau manda con once bajo par después de hacer ayer ocho bajo par, la segunda mejor vuelta de su vida, gracias a que logró nueve birdies. Por detrás, está el sudafricano Erik Van Rooyen, con -10 tras celebrar su cumpleaños batiendo el récord del campo con 62 golpes, nueve bajo par. E igualados en la tercera posición con -9 quedaron al cierre de esta edición el japonés Hideki Matsuyama, que también estuvo cerca del récord del campo, y los estadounidenses Justin Thomas y Patrick Reed.

Estos cuatro jugadores han abierto una brecha ante las dos jornadas finales, aunque será difícil que puedan mejorar esas vueltas el fin de semana. Rahm demostró que no se rinde fácilmente, aunque necesitará un gran resultado en el día del movimiento para llegar al cierre con alguna opción de victoria. Puede agarrarse a la segunda mitad de su vuelta de ayer en la que firmó cinco birdies sin ningún fallo. Después del +1 del jueves, el de Barrika arrancó por el hoyo 10 y se metió en una montaña rusa. Bogey y birdie para empezar le impidieron ganar puestos desde el inicio, pero lo peor vino después ya que enlazó bogey, birdie y doble bogey, este tras viajar por el rough, entre el 14 y el 16 para acabar esos primeros nueve con otro bogey en el 18 que le dejaba muy atrás en la clasificación. Solo había robado golpes a los dos pares 5, en los que llegó a tirar para eagle, y su vuelta parecía languidecer.

Brillante reacción Con problemas para afinar sus golpes y llevar la bola a green con opciones de recortar golpes, Jon Rahm sacó de repente su vena competitiva y con ella su mejor juego, que empezó a fluir en la altitud mexicana y encontró la rúbrica necesaria con el putt. Birdies en el 1 y el 2, otro en el 5 tras embocar desde el collarín del green, uno más en el 7 y el último, séptimo del día, en el 9 tras un segundo golpe excelente le permitieron firmar su tarjeta con dos bajo par y marcharse a la casa club con la sensación de que, al fin, había podido con un campo que no hace prisioneros, pero que también recompensa a quien pone la bola en el sitio adecuado.

La parte alta de la clasificación está llena de nombres ilustres, pero Rahm no ha dicho aún su última palabra y en su mentalidad siempre lleva impresa la voluntad de atacar y ser agresivo. Es lo que ha intentado en los dos primeros días del WGC México en los que se combinaron el viento de la primera jornada y la calma de ayer. Rory McIlroy, que había salido líder, tuvo que sufrir para salvar el par ayer y eso significa que aún pueden pasar cosas en Chapultepec. El golfista de Barrika se dejó al menos la puerta abierta para intentarlo.