Bilbao - El mundo del deporte perdió ayer a una de las mayores leyendas de su historia reciente, a un icono planetario cuya figura trascendió más allá de las fronteras del deporte mediante el cual maravilló a millones de aficionados: el baloncesto. Kobe Bryant, exjugador de la NBA, perdió la vida a los 41 años al estrellarse en Calabasas, California, el helicóptero en el que viajaba en un fatal siniestro en el que no hubo supervivientes y en el que fallecieron los nueve ocupantes del aparato. Bryant se dirigía a un partido de baloncesto junto a su hija de 13 años, Gianna, y a bordo viajaban también otra jugadora del equipo junto a uno de sus padres. Las circunstancias del accidente, que aconteció sobre las 10.00 hora angelina a unas 30 millas al noroeste del centro de Los Ángeles, están siendo investigadas por el Departamento del Sheriff del condado.

Nada más conocerse la desgraciada noticia, las muestras de recuerdo y homenaje hacia uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA (fue una vez MVP, ganó cinco anillos, dos oros olímpicos, fue elegido 18 veces All Star...) no se hicieron esperar. Excompañeros, estrellas del deporte mundial y personalidades de todo el planeta se sumaron a las muestras de condolencia por la pérdida del exjugador mientras los alrededores del Staples Center, la cancha en la que jugó para Los Angeles Lakers durante toda su carrera profesional, desarrollada entre 1996 y 2016, iban recibiendo a centenares de aficionados absolutamente destrozados. La NBA suspendió los partidos que debían celebrarse en la noche de ayer salvo los dos que arrancaron poco después de que se confirmara de manera oficial que Bryant era uno de los fallecidos en el accidente. En el duelo entre Denver y Houston se guardó un minuto de silencio en honor a su figura y en el choque entre San Antonio y Toronto los vigentes campeones agotaron sin tirar a canasta la primera posesión de 24 segundos, uno de los dos números que utilizó durante su carrera junto al 8, ambos retirados por los Lakers. "La familia de la NBA está devastada por su trágica muerte y la de su hija Gianna. Durante 20 años, Kobe nos enseñó lo que era posible cuando un notable talento se combina con una absoluta devoción por ganar", señaló el comisionado de la liga, Adam Silver.

Se da la circunstancia de que escasas horas antes del fatal desenlace Kobe Bryant estuvo activo en las redes sociales debido a que la jornada de la noche del sábado no era una más para él. En el encuentro disputado en Philadelphia, su ciudad natal, entre los 76ers y sus Lakers, LeBron James, durante muchos años encarnizado rival en las canchas y desde el pasado curso recogedor de su testigo en la franquicia californiana, le adelantó en la tercera posición como máximo anotador de la historia de la NBA. Elegante ante la gesta de King James, le dedicó el siguiente tuit a las 22.39 de la noche del sábado, hora de Los Ángeles: "Continúa moviendo este deporte hacia adelante. Mucho respeto, hermano ". Además, añadió el hashtag #33.644, un punto más de los que él mismo había anotado en la liga. James jugó ese partido con las inscripciones Mamba 4 Life y 8/24KB en sus zapatillas como muestra de respeto hacia Bryant y tras el partido recalcó que Black Mamba, como era conocido Kobe, había sido una de sus grandes inspiraciones como jugador.

Un animal competitivo Si algo destacó durante la carrera deportiva de Kobe Bryant fue su extraordinaria competitividad, incluso enfermiza. Aterrizó en la NBA en 1996 directamente desde el instituto tras ser elegido en el puesto 13 del draft por los Charlotte Hornets e inmediatamente traspasado a Los Angeles Lakers y nada más enfundarse la camiseta amarilla demostró al mundo que llegaba al profesionalismo sin miedo a nada y con escasísimo respeto hacia el poder establecido. Escolta de 1,98 metros, el Bryant de los primeros años en la NBA era un jugador tremendamente espectacular y exuberante en la parcela física, ganando el concurso de mates de 1997 como gran presentación en sociedad. Durante sus dos primeras campañas fue utilizado como jugador de banquillo, pero en la 1998/99 rozó ya los 20 puntos por partido y en las tres siguientes fue el perfecto escudero de Shaquille O'Neal en la conquista de otros tantos anillos. La convivencia entre Shaq y Kobe fue muy complicada, una relación amor-odio en la que el joven Bryant no encajaba bien vivir a la sombra del gigante, en su plenitud como jugador, y la coexistencia entre ambos llevó al límite la paciencia de Phil Jackson, el maestro zen, otro con quien tuvo constantes tiras y aflojas.

Tras la marcha de ambos en 2004, Bryant se convirtió en amo y señor de la franquicia, pero su explosión individual -máximo anotador de la NBA en 2006 y 2007, MVP en 2008- no estuvo acompañada por los éxitos colectivos... hasta que en su vida deportiva se cruzó Pau Gasol. Con Jackson de nuevo en el banquillo y el catalán como gran aliado -su buena relación en la cancha acabó convirtiéndose en una gran amistad-, Kobe conquistó en 2009 y 2010 sus dos últimos anillos, siendo elegido en ambas ocasiones mejor jugador de las finales. A partir de ahí, su gran obsesión fue ganar un sexto título para igualar a su idolatrado Michael Jordan, pero no pudo conseguirlo.

Sus dos oros olímpicos, su partido de 81 puntos ante los Raptors (segunda máxima anotación individual de la historia de la liga) del que hace cinco días se cumplieron 14 años, su último partido en la NBA en el que consiguió la friolera de 60 puntos... Los hitos del Kobe Bryant jugador fueron tan incontables como rica era su vida desde que colgara las botas en 2016, ganando incluso un Oscar en 2018 por el cortometraje de animación Dear Basketball. Padre de cuatro hijas, su última gran pasión fue entrenar a su hija Gianna, con la que asistía a muchos duelos desde la primera fila del Staples Center y junto a quien falleció ayer en el accidente de su helicóptero Sikorsky S-76 privado. Descansen en paz.