bilbao - Ferrari se vio en una situación idílica desde la primera curva, con sus dos pilotos encabezando el Gran Premio de México, con Charles Leclerc copando la prueba, secundado por Sebastian Vettel. El caos desatado a la zaga de los monoplazas italianos imprimió aún más optimismo. Pero las imprecisiones a la hora de trazar la estrategia ensalzaron a Mercedes, que con una lectura más precisa catapultó a Lewis Hamilton hacia su décima victoria de la temporada.

Los primeros metros allanaron el camino de Ferrari. Leclerc salió desde la pole y conservó la plaza, una condición de poleman que le concedió la confesión sabatina de Max Verstappen. El neerlandés fue el más rápido de la jornada de calificación, pero admitió que para lograr el crono se saltó la reducción de velocidad impuesta por una bandera amarilla en pista; por lo que recibió una penalización, y Leclerc se convirtió en el primero de la parrilla de salida. Vettel, que partía segundo, también protegió la posición. A pedir de boca. Además, detrás, Verstappen y Lewis Hamilton se tocaron y se fueron a la hierba. Así, Alexander Albon se aupó al tercer lugar, a la zaga de los Ferrari, y Carlos Sainz, al cuarto. El garaje de la escudería transalpina se frotaba las manos al quedar despejado el camino de sus mayores amenazas. Si bien, Vettel estuvo cerca de cometer un error imperdonable. En esa primera vuelta tocó por detrás a Leclerc. Por fortuna, no hubo consecuencias.

Verstappen, frustrado por lo sucedido con Hamilton, asumió riesgos excesivos e impactó con Bottas al ganar posición. Sufrió un pinchazo y descendió a las catacumbas de la vigésima plaza. Al ganador de las dos últimas ediciones de la cita azteca se le esfumaban temprano las posibilidades de reeditar la victoria. Le dio para escalar hasta el quinto lugar.

Mercedes quiso comprometer la idílica situación de Ferrari con un planteamiento diferente. El box de la fábrica alemana se encomendó a una parada, mientras que la casa italiana contemplaba dos. A fin de cubrir las opciones, Ferrari modificó su ideario y apostó por dos paradas con el líder Leclerc y por una para Vettel. Dividió estrategias para cubrir frentes, pero la Scuderia no copió con el alemán el momento de la parada de Hamilton, que llegó a verse quinto tras el incidente inaugural, pero que se apoderó de la segunda plaza con un undercut. Hamilton cambió de neumáticos en la vuelta 24 y Vettel lo hizo en la 38. El alemán regresó a pista con 7 segundos de desventaja respecto al inglés, pero con unas gomas con 14 vueltas menos. Vettel estaba obligado a remontar y a ganar posición en pista. Mal tino. Problemas para Ferrari.

A medida que se agotaban las vueltas, Hamilton cobraba fuerza como posible vencedor. Su ritmo y la precisión al escoger su única parada cincelaban la hipotésis de un triunfo. Leclerc, mientras, se desangraba evidenciando que dos paradas no era la mejor elección estratégica. Y para mayor desazón, al completar la segunda visita al box, los mecánicos fallaron. Hamilton se convertía así en el nuevo líder. El monegasco también se veía obligado a adelantar en pista, pero desde la cuarta plaza que ocupó tras su segundo pit-stop. Un desastre absoluto para los coches que se antojaban favoritos el sábado y con mayor motivo aún tras el desarrollo de los primeros compases, cuando el escenario era más que el deseado. Un edén.

Ni Vettel, segundo, ni Leclerc, cuarto, fueron capaces de ganar puestos. Bottas, desde el sigilo que le otorgó la séptima posición en los primeros metros de la prueba, conducía afincado en una meritoria tercera plaza. O sea, Mercedes, a base de la configuración de un monoplaza que por algo es campeón de constructores y pilotos -este último título está matemáticamente asegurado aunque no sentenciado-, un planteamiento certero y dos obsequios italianos, privó a Ferrari del triunfo y quizás del doblete.

“Es un resultado increíble”, señaló Hamilton, que en las jornadas previas tildaba la cita mexicana como “la peor carrera del año para Mercedes”. “El equipo ha ejecutado la mejor estrategia”, justificó; “la estrategia podría haber sido más aguda”, lamentó Vettel. Hamilton solo tiene que sumar 4 puntos en el Gran Premio de los Estados Unidos para cerrar su sexto título mundial. En bandeja, ¿verdad, Ferrari?