LAS traineras entran y salen de las nuevas instalaciones de Deusto, el pantalán empieza a desembarcar botes uno tras otro, la actividad arraunlari de verano está en su auge y las diferentes tripulaciones del club bilbaino ya disfrutan de su nuevo hogar. A falta de pulir los últimos detalles y proceder a la inauguración oficial, el desembarco tomatero es una realidad. Tras un par de semanas “a medias tintas”, con los continuos traslados como parte del día a día y el esfuerzo de adaptarse a la nueva situación, los remeros ya se entrenan en el recién estrenado edificio. Es un paso más para Deusto, el inicio de una época en una casa preparada para acoger el gran volumen de bogadores que desfilan por el club y con recursos a la altura de los tiempos para poder mejorar el desarrollo.

La involucración del club ha sido máxima en la mudanza. Desde los miembros de la directiva hasta los remeros de las diferentes tripulaciones, pasando por los técnicos, todo el mundo ha tratado de echar una mano y agilizar de la mejor manera posible el ajetreado cambio de casa. “En mi caso, ni una vez he tenido que estar detrás de los remeros. Aquí son gente de club, de toda la vida, y muy trabajadora. Todo ha sido buena voluntad y lo hemos llevado sin ningún problema”, cuenta Jon Elortegi, entrenador de la trainera de ARC-1. La plantilla de la categoría de plata no se ha escaqueado pese a estar en plena competición y al igual que el resto ha buscado la manera de poder colaborar: “Aprovechábamos los días de descanso y la gente que podía venir se juntaba para cargar todo en el carro. Hemos andado a vueltas, pero ha sido solo cosa de dos semanas”.

Los cambios experimentados han afectado en el día a día pero la tripulación de la ARC-1 no ha variado su rendimiento y no ha tenido que reducir su calidad de entrenamientos por la vorágine vivida entre los dos edificios. “Nosotros hemos intentado quedarnos, dentro de lo posible, al margen. La directiva ha hecho un trabajo enorme y nosotros hemos ayudado con los botes. Hemos estado una semana con las cosas repartidas, las pesas en el nuevo club y el bote en el otro edificio. Pero por lo demás ha sido muy fácil”, explica Elortegi. Los tomateros “estamos acostumbrados” a ir de un lado a otro con los trastos y eso les ha ayudado a mantener las rutinas lo más parecido posible. Los viajes a Zierbena para salir a mar son algo habitual para ellos, por eso estar desplazándose no les ha supuesto un fastidio.

Ese esfuerzo ha merecido la pena al ver el resultado. El cambio ha sido forzado debido al plan de urbanismo que se está llevando a cabo en Zorrotzaurre, pero este nuevo hogar es un paso adelante para Deusto. “Estamos bien ubicados y ya no tenemos la carretera en medio para saltar al agua”, declara el entrenador. La dificultad para desembarcar era uno de los mayores problemas del antiguo edificio. La carretera estaba entre el club y el pantalán, y ver a los remeros cortando el tráfico era algo habitual en Zorrotzaurre. Ahora, en su nueva ubicación, el desembarco se produce sin ninguna intervención externa y además el propio pantalán supone un salto de nivel. “Está mucho mejor. Antes solo había una rampa y ahora tenemos dos. Además de ser más grande, el anterior nos daba problemas cuando había marea baja”, comenta Elortegi. La localización del club provoca que las traineras de Deusto varíen ligeramente su recorrido cuando salen a la ría. Sin embargo, aunque la dirección sea distinta, siguen pudiendo ir por las mismas zonas y a la hora de salir al mar, cogen el remolque y ponen rumbo a Zierbena.

ventajas para los canteranos La ubicación es la principal ventaja para Elortegi, pero tampoco esconde que el resto del edificio está a la altura y que este “es un pedazo de club”. Dentro de las instalaciones, la principal novedad está en el hangar, bastante más grande que el anterior y que “cuando empiecen la temporada los infantiles y los cadetes, se notará más”. Los integrantes de Deusto podrán moverse con más facilidad y habrá más espacio para guardar todos los botes de los que dispone el club. Asimismo, el gimnasio es similar al del anterior edificio. Las máquinas son las mismas y el tamaño es parecido. Pequeñas mejoras que ayudan al club tomatero a poder exprimir al máximo su cantera y ofrecerles más prestaciones.

Una de las mejores maneras de vivir la primera temporada completa en el nuevo pabellón sería estrenando también categoría. La Eusko Label Liga es un sueño para Deusto, un deseo convertido en un posible objetivo debido a su gran arranque. Actualmente el conjunto vizcaino es tercero en la clasificación general de la ARC-1, a siete puntos del líder, Astillero, protagonizando una dura lucha con Lekittarra y Getaria. “Ascender es algo complicado, pero queremos estar en la batalla de jugar el play-off. Esto para Deusto sería un salto importante y si lo conseguimos nos daremos por satisfechos, aunque una vez ahí habría que intentarlo con todo”, reconoce Elortegi.

La ACT es un reto futuro, una meta ambiciosa que no descartan en el club, pero no hay prisa por conseguirla. En Deusto continuarán creciendo y lo harán bajo el paraguas de su nuevo hogar.