BILBAO - “Lo que logré en su día se puede volver a recuperar”. Ibon Larrinaga (Romo, 1991) prometió tormenta a lo largo de la semana pero amainó antes de tiempo. Tal y como él mismo reconoció al final del combate, el púgil de Romo no tuvo su noche y perdió el cinturón en el segundo asalto ante Aritz ‘El Chulito’ Pardal, sumando así su primera derrota. El púgil valenciano de Tsubox llegó a Bilbao confiando y logró arrebatar el cinturón WBC Mediterráneo del peso supergallo.

Larrinaga sabía que los cerca de 515 kilómetros que separan Bilbao de La Rochelle (Francia), donde conquistó su flamante cinturón verde, eran una distancia considerable por la que merecía la pena pelear hasta la extenuación. Y así lo hizo. Los Dropkick Murphys animaron su llegada al ring, donde el público local se encendió a su salida. Bilbao empujaba para retener el cinturón.

Segundos fuera. En el primer asalto Larri salió con decisión a por su rival. Conectó una buena izquierda en el rostro de El Chulito que, sin embargo, supo encajar y contraatacar. Luego, buenas combinaciones del púgil de Romo, a la ofensiva, que su rival supo capear. Entonces, El Chulito se lanzó en tromba contra el púgil de Romo que ofreció un gran repertorio de esquivas para escapar de las peligrosas manos de su rival, con ADN de pegador. Larri fintó varias veces por debajo de las manos de su rival, esquivando el veneno que llevaba cada golpe de El Chulito. Parecía que el asalto iba a caer del lado del de Romo pero una buena mano de El Chulito consiguió enviar a la lona a Larrinaga, que se repuso sin problemas antes de la campana. El frontón Bizkaia se quedó helado.

Un contratiempo del que parecía poder reponerse. Sin embargo, El Chulito olió sangre y fue a por él desde el principio. De pronto, a Larrinaga se le avecinó una tormenta. Entró en la batalla, una peligrosa distancia ante un rival crecido que conectó una buena mano que volvió a enviar a la lona a Larrinaga, que se levantó enseguida. Nuevo jarro de agua fría. Pero ya no había una nueva oportunidad puesto que el árbitro no le dejó continuar. “Algún día había que perder. No ha sido mi noche”, reconoció el propio Larrinaga al término del pleito, quien elogió a su rival, que no dudó en anunciar una posible revancha. La batalla de los supergallos continuará.

Sobre esta línea, en el combate estelar que cerró esta edición del Winter on Fire, con siete pleitos son de categoría profesional, Andoni El Macho Gago y Víctor El Vikingo Terrazas firmaron un empate técnico al detener el árbitro el pleito por un corte en la ceja de El Vikingo tras un choque fortuito en el cuarto asalto. Al no superarse este round, los jueces no dieron paso a las cartulinas.

Durante el combate, los dos púgiles se enfrascaron en una ardua batalla. El Vikingo trató de controlar el centro del ring con potentes golpes a los costados que el púgil de Otxarkoaga encajó con holgura. Fue la tónica que se repitió en el primer y segundo asalto. En el tercero, El Vikingo conectó una dura mano sobre El Machito, que supo reponerse y contraatacar. La batalla se prolongó hasta el cuarto asalto cuando un choque fortuito entre ambos cortó la ceja de El Vikingo y el árbitro detuvo el combate. Tablas entre dos guerreros.

resto de la velada Por último en el resto de la velada sobresalió el combate entre Fernando Gandarias y Jon ‘The Good Boy’ Míguez, que se adjudicó el de Castro Urdiales por KO técnico en el cuarto asaltó para delirio de su inseparable hinchada. Asimismo, Adrián El Cazador se impuso por decisión dividida a Diego Valtierra; Brian Peláez también ganó por decisión dividida a Saúl Luna y Violeta González se impuso en el quinto asalto por KO técnico a Paloma Ramos.