eL próximo domingo, Iñaki Oria y Javier Iturbe serán los aitas más orgullosos en la Gran Vía bilbaina. Lo más satisfechos. Sin lugar a dudas. Y todo porque su bebé, la Herri Krosa, cumplirá treinta años. Habrá alcanzado la madurez. “Estamos orgullosos porque hemos visto cómo nuestra criatura ha ido creciendo y ha llegado a consolidarse en el calendario de pruebas”, explica Iturbe. Ambos dos son la cara visible de Cycle club, el organizador de esta carrera patrocinada por DEIA, y aunque ninguno de ellos se había calzado antes las zapatillas para desgastarlas sobre el asfalto, aceptaron y lograron con creces el proyecto que su máximo patrocinador les puso sobre la mesa. “Nos propusieron hacer una prueba de cross en el centro de Bilbao, porque veníamos del mundo del ciclismo y éramos nuevos en el atletismo, pero somos capaces de aglutinar a la gente, de arrastrar a participantes, de crear una llamada que atraiga al publico...”, recuerda Oria.

Así que se pusieron manos a la obra y empezaron a gestar la Herri Krosa, la carrera más popular de Bizkaia. Empezaron a pensar en una carrera sin ganadores ni clasificaciones, con una misma camiseta y trofeos para todos. “Cuando presentamos el proyecto nos trataron de locos. ¡Qué disparate era ese! Pero lo argumentamos y nos dejaron probar”, rememora Oria. Y menos más que les dejaron porque aquella primera edición, la de 1988, fue todo un éxito. “La participación que tenían las carreras en esa época rondaba los 300 participantes, así que fuimos optimistas y pensamos que podíamos alcanzar los 800 corredores”, reconoce Iturbe. Pero más de 5.000 valientes se dieron cita en la salida de esa novedosa prueba. Sin podios ni vencedores. Así que la Herri Krosa se convirtió en la cita con el placer del correr, donde el cronómetro no mandaba y, treinta años después, la organización espera reunir el próximo domingo a 8.000 valientes.

Ahora, con su crío crecidito y a punto de cumplir los 30 tacos, Iturbe y Oria se muestran orgulloso del gran sentimiento de fidelidad que provoca su criatura: “La Herri Krosa se ha hecho una clásica de Bilbao. Ponemos mucho cariño en las cosas, en el participante y hemos sabido trasladar el buen ambiente de la organización. Y eso la gente lo valora”. Ambos llevan treinta noviembres preparando la carrera patrocinada por DEIA y, aun así, no se relajan: “Es cierto que tenemos una base hecha ya, es mucho tiempo haciendo esto, pero siempre hay que estar ahí porque si te relajas o te fías, deja de ir bien”. Por eso, ninguno de los dos ha corrido nunca una Herri Krosa, “ese domingo no tenemos tiempo ni de respirar, cómo para correr, hay tantas cosas que hacer...”. Y, por eso, ninguno de los dos quiere ponerle techo a su criatura: “Nunca hemos pensado en cambiar la filosofía porque perdería la esencia. No sería la Herri Krosa”.