Síguenos en redes sociales:

Nueva York es de Nadal

El tenista balear barre en la final del US Open a Kevin Anderson y logra su decimosexto Grand Slam

Nueva York es de NadalFoto: Afp

NADALDJOKOVIC

63%Primer servicio59%

1Puntos directos de saque10

3Dobles faltas4

11Errores no forzados40

84%Puntos ganados primer servicio73%

70%Puntos ganados segundo servicio36%

30Puntos ganadores32

42%Puntos ganados al resto21%

4/9Roturas conseguidas0/0

16/16Puntos en la red16/34

196Servicio más rápido (m/h)218

175Media primer servicio (m/h)203

147Media segundo servicio (Km/h)170

102Puntos totales78

Bilbao - Rafa Nadal ha vuelto de las tinieblas para colocarse de nuevo en la cima del mundo y seguir derribando barreras en la historia del tenis. El jugador de Manacor barrió ayer a Kevin Anderson en una desequilibrada final del US Open y logró su tercer título en el Grand Slam neoyorkino, su segundo grande del año y el decimosexto de su carrera, lo que le coloca a tres de Roger Federer en la lista de todos los tiempos. Desde 2014 Nadal no ganaba un torneo en pista dura, pero tenía claro que esta oportunidad no la iba a dejar pasar.

Y así se lo hizo a ver a Anderson nada más ponerse la bola en movimiento. El sudafricano sufrió con su servicio desde el primer juego y sin su mejor arma a pleno rendimiento quedó a merced de Nadal. Las oportunidades de rotura fueron llegando y por pura estadística el balear las convirtió a partir del séptimo juego. Una vez que el partido cogió vuelo, el ritmo que impuso el campeón resultó imposible de seguir por el jugador de Johannesburgo que trató siempre de mantenerse positivo, pero no dispuso de ninguna pelota de rotura a favor. Rafa Nadal solo le permitió hacer quince puntos al resto y, además, convirtió las dieciséis subidas a la red para dejar a Kevin Anderson sin resquicios por donde conquistar alguna opcíón de victoria y soñar con la remontada. Cuando con dos sets de ventaja, Rafa Nadal volvió a romper en el primer juego del tercero, la final quedó vista para sentencia. El titulo fue de nuevo para un jugador único, irrepetible, que no quiso dejar de competir.