Bilbao - Tras cuatro años en Estados Unidos, empieza una nueva etapa en su carrera. ¿Cómo la afronta?
-Con mucha ilusión y ganas de aprender y mejorar. Es bueno entrenar con gente con tanta experiencia como Álex Mumbrú y Javi Salgado y tener un entrenador joven como Carles Duran. El ambiente es muy bueno.
¿Cómo surgió el interés del Bilbao Basket por hacerse con sus servicios?
-Todo nació cuando acabó mi última temporada en Estados Unidos y firmé con mi agente. Fue él quien me comunicó que el Bilbao Basket se había interesado por mí. Los primeros contactos fueron en el mes de mayo, luego también tuve alguna conversación con Duran, hice algún entrenamiento con él en La Casilla...
¿Conocía personalmente a Duran?
-No nos conocíamos directamente, pero Carles sabía de mí por mi presencia en las categorías inferiores de la selección española. También sé que tuvo conversaciones con otros entrenadores y otros jugadores y, por lo que parece, le hablaron bien de mí (risas).
Sin sitio en la primera plantilla del Bilbao Basket, ¿se planteó jugar este primer año en el Zornotza de LEB Plata o tenía claro que su lugar estaba en LEB Oro?
-Quería ir cedido a LEB Oro, era algo que teníamos bastante claro. Al final, Bilbao Basket e Iraurgi se pusieron de acuerdo para que pudiera jugar allí y estoy contento. Es un club que conozco muy bien y en el que puedo tener minutos para seguir madurando y mejorando. Para mí es una situación ideal, aunque soy consciente de que volver a adaptarme al juego de aquí tras cuatro años en Estados Unidos no será fácil, requerirá trabajo.
¿Entrenará con el Bilbao Basket durante la temporada?
-Sí, voy a tener piso en Bilbao y sé que voy a entrenar con el equipo, pero aún no sé cuántos días o cómo lo vamos a hacer. Por ahora sé que voy a estar en la pretemporada del Bilbao Basket y que luego jugaré con Iraurgi, estoy centrado en eso.
Firmó un contrato largo, tres cursos más dos opcionales. ¿Da confianza?
-Da confianza y cierta tranquilidad. Hoy en día un contrato de tres años es un contrato importante. Con solo una temporada probablemente supondría mucha más presión.
¿Tuvo más ofertas de conjuntos ACB? ¿Se interesó el Gipuzkoa Basket?
-Sí que tuve propuestas. Una de las ofertas fue del Gipuzkoa Basket, pero Bilbao Basket se interesó por mí desde el principio, hablé con Carles Duran y me gustó mucho la idea que me trasladó. No podía decir que no al Bilbao Basket, a un contrato de tres años, con dos de ellos pudiendo jugar como local en Miribilla.
¿Cómo empezó a jugar al baloncesto?
-Es una cuestión de familia. Empecé de niño porque mi padre era entrenador en el Iraurgi y mi hermano mayor, que tiene tres años más que yo, también jugaba. Incluso llegó a LEB Plata. Yo empecé yendo los domingos con aita a los entrenamientos de tecnificación del Iraurgi.
¿En quién se fijaba en sus comienzos?
-Siempre me han gustado mucho jugadores como Steve Nash o Tony Parker. Curiosamente, también me llamaba la atención Jaka Lakovic, al que ahora tendré en Bilbao como segundo entrenador. Un gran base, zurdo, buen lanzador de tres...
¿Cómo se definiría como jugador?
-Creo que soy un jugador con buen físico, intenso, al que le gusta jugar el bloqueo directo y salir al contraataque. Creo que también puedo ser peligroso desde la línea de tres puntos.
Aitor Zubizarreta, ¿un base que puede jugar de escolta o un escolta que puede jugar de base?
-Creo que puedo actuar tanto de uno como de dos, depende del equipo o el entrenador. Siendo sincero, me gustaría jugar de base para seguir mejorando y aprendiendo todas las claves de esa posición, pero haré lo que el entrenador me diga.
¿Consiguió lo que buscaba hace cuatro años al marcharse a Estados Unidos?
-Sí. Cuando tomé la decisión de marcharme allí quería mejorar como jugador, evolucionar como persona, mejorar mi físico y sacarme una carrera en inglés. Al final he vuelto con un título de Empresariales, hablando inglés perfectamente y habiendo pulido mi físico y mi juego.
En sus dos primeros cursos en la NCAA con los Portland Pilots apenas tuvo minutos. ¿Tuvo ganas de dejarlo todo y regresar?
-Recuerdo que en mis primeros meses allí, al ir a la ducha tras cada entrenamiento, me preguntaba: ¿pero qué hago yo aquí?. Al final, me decía a mí mismo que aquello era un plan de cuatro años. Hasta mi entrenador se echó a llorar en su despacho cuando tomé la decisión de cambiar de universidad porque quería que me quedara, pero yo necesitaba jugar.
¿Por qué optó por un centro de la NAIA?
-Tenía una oferta de NCAA I, pero si la cogía tenía que estar un año parado, y tras dos cursos casi sin jugar... Entre la NCAA II y la NAIA me daba igual dónde ir porque no hay gran diferencia de nivel. Finalmente, comprobé que el técnico de College of Idaho era el que más interesado estaba en mí y allí me fui. Además, la NAIA tiene la ventaja de que no hay tantas restricciones a la hora de entrenar, puedes acumular más horas de cancha con los ayudantes... Y yo lo que quería era progresar.
A su edad, jugar es una necesidad.
-Así es, necesitas minutos, minutos y más minutos. Con 22 años no puedes estar en el banquillo. Por eso ir este año cedido a Iraurgi es muy bueno para mí.
¿Se ve preparado desde ya para jugar en la Liga Endesa?
-Llevo pocos días entrenando con jugadores de ACB y creo que me adaptaré, pero primero quiero centrarme en esta campaña en la LEB Oro.
¿Cómo es entrenar con jugadores con tanta experiencia como Mumbrú o Salgado?
-Se nota que llevan muchos años en la élite, en cada ejercicio que hacemos se les ve la competitividad que tienen, están a otro nivel. Se agradece tenerles al lado, es bueno para nuestro proceso de aprendizaje. Además, de los que son más jóvenes también se puede aprender. Por ejemplo, de un jugador como Ricardo Fischer, que viene de otra cultura de baloncesto.
¿Qué le parece la plantilla que ha formado el RETAbet Bilbao Basket?
-Es un equipo joven que lo dará todo en cancha, una plantilla con mucha hambre y con margen de mejora en lo individual y como grupo. Espero que sea un año bueno y divertido. Un plantel joven y un técnico joven mezclan bien.