Bilbao - Menos de una semana después de su proeza en el techo del mundo, de unir el Campo Base y la cima del Everest (8.848 metros) en apenas 26 horas, Kilian Jornet volvió a extender su romance con el coloso himalayesco. En aquella primera aventura, al ultramaratoniano y montañero catalán se le quedó una espinita clavada, pues unos problemas estomacales le obligaron a ralentizar su ascensión. Desde aquel mismo momento, los rumores de una nueva intentona han sido constantes en los mentideros y el rumor mutó en noticia ayer. A su estilo, en solitario, sin oxígeno, sin cuerdas fijas y de una tirada, Jornet volvió a subir al Everest, esta vez partiendo desde el Campo Base Avanzado, invirtiendo 17 horas en una singladura por la cara norte que los alpinistas terrenales suelen completar en cuatro días. De otro planeta.

“Estoy muy emocionado de haber podido hacer cumbre otra vez. Hoy me he encontrado bien, aunque hacía mucho viento y me ha costado bastante avanzar. Hacer dos veces cumbre en el Everest en una semana y sin oxígeno creo que establece una nueva línea de posibilidades en alpinismo y estoy muy contento de haberlo podido llevar a cabo”, destacó Jornet tras hacer cumbre. Su registro de 17 horas, sin embargo, tiene incluso precedentes más rápidos. El austriaco Christian Stangl invirtió 16 horas y 42 minutos el 25 de mayo del año pasado en el mismo recorrido, mejorando en tres minutos la marca establecida por Hans Kammerlander diez años atrás.

Jornet alcanzó la cumbre por la cara norte del Everest a las 21.00, hora local, del sábado. Había salido a las 2.00 de la mañana desde el Campo Base Avanzado, situado a 6.400 metros. Desde allí se dirigió hacia la cima, pasando por los tres campos de altura, en un ascenso lento pero progresivo. El viento fue el principal obstáculo que Jornet tuvo que superar en un día muy ventoso en el Himalaya. Las condiciones meteorológicas mejoraron durante la noche y para la parte final del reto el catalán pudo regresar al Campo Base Avanzado 28 horas y media después de su salida.

Gracias a este ascenso, Jornet logró la proeza de escalar la cima del mundo en dos ocasiones en el plazo de seis días. En la primera ocasión lo hizo en 26 horas, pero saliendo desde el Campo Base, desde el antiguo monasterio de Rongbuk, ubicado a 5.100 metros. El ascenso había empezado bien, pero hacia los 7.500 metros unas molestias estomacales ralentizaron su ritmo, hasta el punto de tener que detenerse constantemente: “A partir de los 7.500 no me encontraba muy bien y avanzaba muy lentamente. Cada pocos metros tenía que detenerme ya fuera con vómitos o con rampas. A pesar de todo, me encontraba bien en altura y decidí continuar. De vuelta, sin embargo, pensé que me gustaría volver a intentarlo encontrándome en buenas condiciones”.

Dicho y hecho. Estas dos ascensiones forman parte del proyecto Summits of My Life, que desde 2012 ha llevado a Kilian Jornet a viajar por todo el mundo intentando establecer récords de ascenso a las montañas más icónicas del planeta. Su aventura comenzó en la cordillera del Mont Blanc, en 2012, y desde entonces ha escalado montañas en Europa (Mont Blanc y Cervino), en América del Norte (Denali) y en América del Sur (Aconcagua).