lA posición de base está en el centro de todas las miradas en el RETAbet Bilbao Basket de esta temporada. El equipo ha sufrido varias “desconexiones”, según las palabras que suele utilizar Carles Duran, cuyos efectos negativos está empezando a sentir en este comienzo de año y que puede atribuirse a la falta de una dirección de juego consolidada. Y eso que el técnico ha empleado a cuatro jugadores para esa posición. Pero, probablemente, no se trata de una cuestión individual, sino que la idea global del juego obliga a repartir la responsabilidad. Retirado ya Raúl López, muchos aficionados echan de menos a Colom, alguien de ese perfil, pero Duran no quiere un jugador como el andorrano, capaz de retener el balón hasta decidir la mejor opción en el ataque posicional. Por eso, el papel de Javi Salgado está siendo escaso, con varios partidos en los que ha jugado muy poco o nada.

El director de juego puro, clásico, que es de lo que se trata, está en vías de extinción y el Bilbao Basket de este curso es un ejemplo. Es el único equipo de la Liga Endesa que no tiene a uno de sus bases como máximo asistente. También pasa en el Unicaja, pero a Nemanja Nedovic se le puede considerar un base reciclado como escolta. Entre los hombres de negro, son Bamforth y Mumbrú los que más asistencias dan, algo lógico si se tiene en cuenta que son quienes más tienen el balón en sus manos. Jonathan Tabu y Tobias Borg son quienes más tiempo ocupan el puesto de uno, designación más atinada ya que la de base. El sueco cumple lo que desea el técnico: apretar en defensa y soltar el balón rápido para dar ritmo. Muchas veces, no lo vuelve a tocar.

Asumiendo que Borg está aprendiendo el oficio y que Salgado apenas cuenta, los dedos acusadores se han posado en Tabu, de quien se esperaba más simplemente por lo que el club puso de su parte en el aspecto económico para que llegara al Bilbao Basket con el rango de titular. En cuanto al juego, aún no está claro qué se espera del belga, a quien tampoco se puede considerar un base puro. Su trayectoria habla de un jugador con perfil anotador, que promedia tres asistencias por partido y ocho lanzamientos intentados en su carrera en la ACB en 21 minutos y que siempre ha tirado más de tres que de dos puntos. En Bilbao, está en 2,8 asistencias en 19 minutos y en un 43% de acierto en triples, el decimoquinto entre todos los jugadores de la Liga. Sus números no distan demasiado de los de toda su vida, pero no se le ve cómodo, quizás porque necesita tener el balón y buscar sus opciones o porque le falta aún ritmo para poder ser vertical y generar ventajas.

En este contexto, muchos reclaman más minutos para Salgado, pero es difícil que un tercer base haga lo que no hace el primero porque, entonces, sería el primero. Y no es ese el rol con el que regresó el de Santutxu. En esos minutos de desconexión, se puede echar en falta un base de corte clásico, que ordene y mande, aunque tampoco es fácil que algún entrenador ponga en cancha para esos momentos de apuro a un jugador que lleva mucho tiempo sentado. Con más razón ahora que solo hay un partido a la semana, Duran prefiere emplear esos minutos en recuperar a Jonathan Tabu, que tiene que ser una pieza clave, a su manera y a otra, para que el Bilbao Basket pueda repuntar en su rendimiento.