Etxebarri - Danel Elezkano (Zaratamo, 1994) y Mikel Larunbe (Galdakao, 1993) son dos manistas muy diferentes que comparten en ciertos rasgos comunes en el ADN. Se les acumulan los recuerdos de su etapa en aficionados, en las que vistieron el mismo gerriko en multitud de ocasiones. Anclados en el club Adiskide galdakoztarra, al que llegó el joven zaratamoztarra tras ser criado en el Upo Mendi de su localidad, los dos manistas miran el retrovisor y se encuentran a sí mismos como compañeros en una combinación prácticamente indisoluble que ganó títulos. Danel incide en dar las gracias a Mikel Etxegia, técnico, quien le animó en la mudanza.
“Jugar con Danel siempre suponía tener las cosas más fáciles, porque es un gran pelotari”, desgrana Larunbe cuando echa un vistazo al pasado. El viaje en el tiempo lanza a los vizcainos desde la época de aficionados hasta el Parejas de Primera, al que llegan en su primer curso como titulares. Casualidades de la vida. Dice el de Galdakao que, cuando eran cadetes y juveniles, “en la cancha, todo era más sencillo que ahora”, dado que, argumenta el zaguero, “Danel jugaba muchísimo, destacaba sobre la mayoría de contrarios”. “Desde pequeños jugamos juntos y nos une una gran amistad”, sostiene el guardaespaldas, quien añade que “mañana en Etxebarri jugaremos en contra, pero somos muy amigos y tenemos grandes experiencias acumuladas”.
Será la primera vez que se vean las caras en la categoría más alta. “He jugado muchas veces contra Danel, pero en un campeonato de Primera es especial. Aun así, somos los dos profesionales y vamos a lo nuestro. En la cancha salimos siempre a muerte. En el vestuario haremos una risas, pero en el frontón ojalá él pegue cuatro chapas de más y yo de menos”, desbroza Larunbe. No hay amigos. Argumenta también que “esto es bonito, porque hemos vivido una trayectoria en aficionados que nos une y, ahora, en profesionales nos veremos las caras en el Parejas por primera vez. Es algo que no se da muchas veces y tiene algo especial. Aun así, espero que nos encontremos muchas más veces en este tipo de encuentros”. Si bien la vida de ambos quedó unida en aficionados y en categorías de formación, después en el Parejas de Segunda de 2013 les juntó Asegarce. La cosa no funcionó. Larunbe acababa de debutar y las manos le pasaron factura durante los primeros meses.
Recuerdos muy bonitos “Con Mikel tengo recuerdos muy bonitos. Pasé en Adiskide muy buenos años. Me fui de Zaratamo a Galdakao y me encontré con grandes compañeros. Entrenábamos muy serios y muy bien. Por encima de todo, hice buenos amigos. Se lo tengo que agradecer a Mikel Etxegia, que nos entrenó allí. Fueron años muy importantes, porque fueron los anteriores al debut”, evoca Danel Elezkano, quien expresa que “tuve la suerte de conocer allí a Larunbe y, después, pudimos debutar los dos”. Formaban un dueto compensado, el patrón ideal en parejas: zaguero que alarga el pelotazo y delantero rematador. “Él dice que yo acababa el tanto y era fácil jugar conmigo. Yo pienso al contrario, sin su pegada no hubiera tenido las mismas opciones”, relata el zaratamoztarra, quien agrega que “tanto dentro como fuera de la cancha tenemos una gran relación y nos amoldamos bien”. Y es que, tenían una “gran relación” y así “es más fácil salir a la cancha”. “Por nuestra forma de jugar, además, podemos encajar bien: él era pegador y yo, rematador. Hicimos años muy buenos”, analiza el delantero de Aspe, que cambió de operadora en verano.
Ahora se ven las caras en su primer Parejas de titulares. Su primer duelo. “Ha cambiado la cosa. Aun así, es muy buena señal que nos encontremos en choques así. Es una gran oportunidad para los dos. Me hace mucha ilusión. En Etxebarri estaremos en contra, pero seguiremos siendo amigos cuando acabe el partido”, remacha Danel.