Bilbao - Fueron diez minutos, los iniciales, aguantando la mirada del todopoderoso rival, los 25 intermedios tratando de aferrarse al duelo con uñas y dientes y los cinco finales de rendición ante la evidencia. El Dominion Bilbao Basket no fue capaz ayer de opositar a la campanada en el Barclaycard Center ante un Real Madrid sobrado de argumentos. Los hombres de negro refrendaron el paso al frente dado ya ante Unicaja en el último desplazamiento, pero esa mejora, plausible, no da para echar el lazo a los de Pablo Laso, demasiado dañinos para lo que la estructura vizcaina es capaz de soportar. Los blancos solo tuvieron que explotar la verticalidad y explosividad de su juego y, sobre todo, su abrumadora superioridad en las cercanías del aro para derrumbar la resistencia de los visitantes, voluntariosos pero inferiores.
Con su partido de ayer, los hombres de negro aspirarían probablemente al triunfo en el 80% de las canchas de la Liga Endesa, pero equipos como el Real Madrid son otra historia porque exigen la perfección aunque parte de su mente estuviera pensando en los cuartos de final de la Euroliga. Los de Laso necesitaron solo un cuarto para entender dónde podían hacer daño a la escuadra vizcaina, sobrada de brío en los diez minutos iniciales: a un palmo del aro. Y así, a base de la efusividad de Felipe Reyes en el rebote ofensivo, de la capacidad para jugar por encima del aro de Augusto Lima y de las punzantes penetraciones de los exteriores, que o bien finalizaban en fáciles bandejas o se ganaban el derecho de viajar a la línea de tiros libres, el Real Madrid hizo añicos la retaguardia del Bilbao Basket. Como dato, basta con destacar que de los 54 puntos del Real Madrid al descanso, solo ocho llegaron desde la media y la larga distancia, 16 se anotaron desde la línea de personales y los 30 restantes se fabricaron a solo un palmo del aro.
Y pese a ello, el Bilbao Basket se resistió a claudicar porque también fue capaz de hacer valer sus armas. Dairis Bertans tuvo uno de esos días en los que da gusto verle percutir contra el aro rival, Álex Mumbrú tiró de recursos para buscarse las habichuelas y entre Begic, Bogris y Marko Todorovic hicieron lo humanamente posible en los aledaños del aro madridista, recibiendo buen suministro por parte de los exteriores, pero su esfuerzo dio para caminar sobre el alambre hasta el ecuador del acto final, cuando dos triples seguidos del jovencito Luka Doncic, extraordinariamente dañino también en el duelo de la primera vuelta en Miribilla, dieron paso a un parcial de 16-3 que ya no tuvo vuelta atrás y que deja a los de Sito Alonso décimos, con el mismo balance que el octavo y a un triunfo del sexto. La lucha por los puestos de play-off en las siete jornadas restantes será de armas tomar.
Carroll arranca ‘on fire’ Dejan Todorovic volvió a salir en el quinteto inicial con la misión de ejercer de secante de Carroll, pero esta vez no fue capaz de sujetar al killer estadounidense, factor diferencial con sus 10 puntos en apenas tres minutos y medio en el despegue blanco en el arranque de la contienda. Sin embargo, los visitantes no se vinieron abajo y la entrada en cancha de la segunda unidad les permitió gozar de su primera renta (17-18) a 2:42 del final del acto inaugural. Bertans, con nueve puntos en un abrir y cerrar de ojos, aportó pimienta; Marko Todorovic, actuando de cuatro, superó al poste a Maciulis, Raúl López repartió juego con criterio y los hombres de negro llegaron a verse con un 21-26 favorable, pero el Real Madrid, que viajó hasta en trece ocasiones a la línea de tiros libres en los diez minutos iniciales, cerró el primer cuarto con una canasta sobre la bocina de Lima y en el segundo supo aprovechar su absoluta superioridad en las cercanías del aro. Los rebotes ofensivos perfectamente castigados de Reyes, las conexiones de Doncic y Lima por encima del aro, las penetraciones de Llull... Los de Laso encontraron la forma de hacer daño a una retaguardia bilbaina que comenzaba a sufrir, pero los de Sito Alonso resistieron de pie el parcial de 11-2 encajado y con un triple de Bertans volvieron a acercarse a cuatro puntos antes de que cinco puntos seguidos de Maciulis enviaran el duelo al descanso con un 54-45.
En la reanudación, otro triple de Carroll y el trabajo de Reyes amagaron con romper la contienda (63-49), pero un dos más uno de Bertans y un triple de Mumbrú sujetaron a un Bilbao Basket al que cada vez le costaba más mantenerse dentro del partido. Unos buenos minutos de Begic y un tremendo mate de Dejan Todorovic estuvieron a punto de permitir a los visitantes llegar al último acto con una desventaja de solo ocho puntos y posesión, pero encajaron un doloroso dos más uno de Taylor debajo del aro cuando al Madrid le quedaban solo seis segundos de posesión y sacaba desde su fondo y todo se hizo aún más difícil. Incluso así, cinco puntos seguidos de Bertans acercaron a los suyos hasta el 76-70 antes de que Sergio Rodríguez entrara en acción para volver a estirar el chicle. La técnica y descalificante contra Taylor por una trifulca con Mumbrú dio la última oportunidad a los visitantes. El capitán metió los dos tiros libres (86-75), pero el equipo no aprovechó la posesión y entonces surgió Doncic para fabricar el definitivo demarraje blanco.