Bilbao - Cuando el plan es bueno y, además, los encargados de ponerlo en práctica lo cumplen a rajatabla, de principio a fin y sin grandes altibajos, es muy complicado que las cosas se tuerzan. En un notable ejercicio de solvencia ante un rival como el Montakit Fuenlabrada que se ha ganado por méritos propios ser considerado la gran sorpresa de la presente Liga Endesa, el Dominion Bilbao Basket aunó ayer en Miribilla una gran lectura de partido y un notable pulso para convertir la teoría en práctica y acabó llevándose con gran autoridad una victoria importantísima en su lucha por jugar el play-off. Los hombres de negro interpretaron rápidamente que la mejor forma de hacer daño al conjunto madrileño era buscándole las cosquillas en las distancias cortas, en la pintura, y se pusieron a ello desde el salto inicial, amparados en una magnífica defensa que maniató a los visitantes, que intentaron reaccionar en la segunda mitad de la mano del reaparecido Marko Popovic y Alex Urtasun, pero nunca bajaron de una desventaja de ocho puntos, incapaces ni siquiera de sujetar el average particular.
El conjunto de Sito Alonso, impulsado por un Bilbao Arena que celebró por todo lo alto el regreso de Marko Todorovic -el montenegrino, falto de rodaje, fue el hombre de negro con menor presencia en cancha, apenas seis minutos- controló la situación de principio a fin y redujo a cenizas los aspectos del juego en los que su rival presenta mayor vigor. La retaguardia bilbaina, bien armada, liderada por el magistral Axel Hervelle y reforzada por el físico de Dejan Todorovic, maniató a los exteriores de Jota Cuspinera, sacándoles de foco. Y con sus primeros espadas difuminados, el Fuenlabrada no encontró otro guion a partir del cual construir su juego.
Por contra, el Bilbao Basket se hizo amo y señor de las cercanías del aro, supo poner balones a sus interiores en situaciones ventajosas y estos respondieron a las mil maravillas. Georgios Bogris, excelente en el rebote ofensivo, amasó 16 puntos; Hervelle, hiperactivo, aportó 13; y Begic, dictatorial en el poste, contribuyó con 10. Y como los relevos funcionaron la maquinaria no se detuvo en ningún momento y pudo permitirse que Dairis Bertans, absolutamente desquiciado por un criterio arbitral cuanto menos extraño, apenas aportara en beneficio del colectivo, pues de los puntos exteriores ya se encargaron un Clevin Hannah que en los diez minutos finales abortó cualquier intento de insubordinación fuenlabreña y un Raúl López que en los dos últimos compromisos ha ganado en frescura, tino y pulso.
Con Dejan Todorovic incrustado en el quinteto inicial local en lugar de Bertans, con problemas físicos a lo largo de la semana, el acierto desde la larga distancia de Tabu permitió al Fuenlabrada hacerse en primera instancia con el control del luminoso, aunque su superioridad no duró demasiado. El Bilbao Basket fue haciéndose dueño y señor del poste e imponiéndose en defensa y a los de Cuspinera se les hizo de noche pese a su superioridad momentánea en el rebote ofensivo. Con estas líneas maestras, el cuadro anfitrión consiguió cerrar el acto inicial con un interesante 21-15 que fue a más en el momento en el que Begic encontró petróleo en las cercanías del aro rival merced a los balones suministrados por un Raúl López que, además, acertaba desde la distancia de tres puntos, relegada ayer a un segundo plano en el libro de estilo del cuadro vizcaino. Ante el parcial de 12-2 en la apertura del segundo cuarto, Cuspinera respondió activando al siempre peligroso Marko Popovic y dándole la batuta del equipo en el momento en el que Tabu se cargó con su tercera personal. Sin embargo, los de Sito Alonso siguieron fluyendo hasta el 39-21 a 3:05 del descanso merced al acierto anotador de Bogris (13 puntos en los dos primeros cuartos) aunque sin conseguir romper del todo el duelo. Entre el exceso de celo de los árbitros en alguna decisión como un triple anulado a Mumbrú o una técnica sobre Bertans y el acierto de Popovic, el Fuenlabrada encontró argumentos para no salirse del todo del duelo y alcanzar su ecuador con un 43-30 que le permitía aspirar a la remontada.
Sin embargo, en la reanudación el Bilbao Basket tiró de nuevo de intensidad y acierto para dejar las cosas en su sitio. Hervelle y Dejan Todorovic aportaron pimienta en ambas canastas, Hannah activó su muñeca desde la larga distancia y los de Sito Alonso, con Marko Todorovic jugando de ala-pívot los primeros minutos de su segunda experiencia como hombre de negro, volvieron a recuperar su máxima renta del partido, un colchón de 18 puntos (59-41) que esta vez sí que fue decisivo a pesar de que el Fuenlabrada se resistió a hincar la rodilla y en los 2 minutos y 35 segundos finales del tercer cuarto conectó un parcial de 1-7 que hizo que se llegara al periodo final con un 60-48 para nada definitivo, menos aún cuando Urtasun lo inauguraba con un triple colocando la desventaja en un solo dígito (60-51).
Enorme autoridad Pero esta vez no hubo zozobras, sino seguridad y un tremendo aplomo. El Fuenlabrada en ningún momento se acercó a menos de ocho puntos porque, aunque intentó revolverse de la mano de Paunic y del navarro, los hombres de negro no solo supieron mantener la compostura defensiva sino que además anduvieron sobrados de estiletes ofensivos. Raúl, Hervelle y Begic pusieron los primeros ladrillos en un camino hacia la tranquilidad que acabó asfaltando Hannah con una explosión anotadora que colocó un 78-61 sin vuelta atrás. El partido vivió un tramo final tan plácido como agradable para los intereses de un conjunto vizcaino que vuelve a ser dictatorial en casa y que ayer firmó un triunfo vital en su lucha por las ocho primeras posiciones. Sin titubeos ni altibajos, leyendo el partido de manera perfecta y ejecutando el plan con pulso firme.