BILBAO. Tras equipar la ruta, Txikon y sus compañeros, Ali 'Sadpara', Simone Moro y Tamara Lungfer, esperaban desde hace dos semanas en el campo base a que amainara el viento.

A las cinco de esta madrugada han salido del campo base, y directamente han salvado casi dos mil metros de desnivel hasta el campo 2, incluido el muro Kinshofer (6.050 metros), la pared vertical de roca de unos 100 metros de altura que da nombre a la ruta.

Tras tantos días en la montaña, conocen esta parte de la ruta a la perfección, lo que les ha permitido este avance, aunque según han explicado, la jornada se les ha hecho muy larga porque a partir de los 5.100 metros la huella y las cuerdas fijas habían desaparecido bajo la nieve caída durante los últimos días.

Mañana los cuatro intentarán alcanzar el campo 3, a 6.700 metros. Para ello tendrán que superar los siete largos de hielo vivo (unos 25-30 metros) que van desde los 6.500 m. a los 6.700 m.

A finales de enero Txikon ya equipó esta ruta hasta el campo 3 y dejó allí un depósito de material -comida, gas-, aunque visto cómo se han encontrado la parte más baja, es una incógnita saber si las cuerdas y el material siguen donde los dejaron.

El Nanga Parbat es uno de los dos únicos 'ochomiles' -el otro es el K2 (8.611 metros)- que jamás se ha escalado en invierno. Txikon, con diez "ochomiles" en su haber, ya tuvo que desistir el invierno pasado de lograr su cima cuando le quedaban unas tres horas para la cumbre y este año ha regresado para intentar culminar el reto.