Bilbao - “En 2016 queremos correr pruebas como la París-Tours o el Criterium Internacional y tratar de estar en la Vuelta a Noruega y en el Tour de Gran Bretaña”. Recita de memoria Jon Odriozola en qué lugares imagina el próximo curso a Murias Taldea, el equipo vasco que capitanea. La idea es pegar un estirón y llegar más lejos. Inmerso en la planificación de la escuadra, -pedaleará su segunda campaña como Continental-, entre reuniones y llamadas que afiancen el proyecto a medio y largo plazo, el director vasco entiende que Murias, “el estandarte del ciclismo vasco”, tiene que seguir creciendo para fortalecerse. “Eso lo tenemos muy claro todos los que estamos involucrados en este proyecto. Ser Continental o Continental Profesional no es lo fundamental en estos momentos, aunque trabajamos para ser Continental Profesional si no es el próximo año, en 2017. Lo importante es seguir dando pasos adelante, pasos que refuercen el proyecto”, expone el director. Con la intención de que el equipo evolucione y adquiera más peso y presencia en la carretera, Odriozola apunta que es necesario nutrirse de un calendario más ambicioso, más extenso. “Estamos en ello”, certifica.
Murias, que ha cerrado un exitosa campaña en su estreno, abrirá el angular para obtener una visión en cinemascope y echar raíces en un almanaque de mayor impacto. “Nuestra idea es estar presentes, cada vez más, en carreras de nivel. Se trata de dar más amplitud al proyecto”. Por eso, agrandar los frentes competitivos se presupone vital para el Murias, que a largo plazo mira al Tour de Francia. De momento, se impone la realidad, más prosaica. “Hay que hacer las cosas bien. Paso a paso”, sugiere Odriozola. El siguiente movimiento es incrementar la plantilla. Murias, que el pasado curso inició su aventura con doce corredores, contará la próxima campaña con “al menos catorce corredores, aunque podrían ser quince”, estima el director de la escuadra vasca. Con ese número de ciclistas en el equipo, Murias tendrá la opción de doblar en ciertos momentos de la temporada. “La ideas es tener la posibilidad de que el equipo se puede dividir en dos para disputar algunas carreras en paralelo”, desgrana Odriozola, que también piensa en fortalecer el ciclismo vizcaino, más débil de salud que el guipuzcoano según su criterio. De hecho, el guipuzcoano Alex Aranburu (Cafés Baqué) se incorporará a Murias para fortalecer la escuadra, que pretende ser un referente en la salida natural de la cantera vasca ante el famélico panorama profesional. “Murias no solo mira para arriba. Este es un proyecto para el ciclismo vasco. El equipo tiene que servir para que los aficionados tengan una salida y puedan ser profesionales”, expone Odriozola, convencido de que el futuro guarda buenas noticias para el Murias, el equipo que se estira.