Bilbao- Un temerario, alguien capaz de hacer cosas que nunca ha hecho nadie, saltos imposibles viajando a casi 80 kilómetros por hora durante tres segundos de caída libre... ese es Gary Hunt. El dominador de las clavadas de los 27 metros y que recientemente se ha hecho con su quinto título de las Red Bull Cliff World Series. Pero este deportista inglés no es solo espectáculo durante un breve instante, también es duro trabajo en la temporada de invierno para perfeccionar sus movimientos y para crear nuevas maniobras. Siempre con el objetivo de dar un paso más en busca de la perfección y seguir logrando los pocos retos que le quedan por batir. Hunt es arte en el aire y hoy sacará su potencial en el puente de La Salve de Bilbao por primera vez este año, tras decidir ayer no participar en los entrenamientos.

Llega a Bilbao tras realizar un año casi perfecto.

-Sí. Definitivamente ha sido el mejor año que hubiera imaginado. He tratado de mejorar más y de probar nuevos saltos. Además, todavía mantengo el amor por este deporte.

¿Qué espera vivir en Bilbao?

-Conozco lo que anima la gente aquí desde las márgenes. El año pasado estuvo lloviendo mucho e incluso en esas condiciones las muchas personas que vinieron estuvieron a tope con nosotros. Seguro que va a haber una gran atmósfera.

¿Cómo es el salto desde el puente de La Salve?

-Saltar rodeado de hermosos edificios es siempre genial para las fotos. Además, las condiciones son muy buenas aquí, al no haber ni mucho viento ni muchas olas. Esta es una buenísima oportunidad para realizar una gran actuación.

¿Qué es lo que siente cuando realiza un salto de estas características?

-Siempre es una gran emoción. Hay nervios, pero cuando salto y abandono la plataforma, disfruto del vuelo. Algunas veces estoy asustado en la plataforma, pero en el momento de realizar el salto no. Ahí, estoy seguro de mi cuerpo y de lo que puedo hacer.

Ahora que ya tiene una gran experiencia, ¿sigue experimentando miedo?

-Sí. Cuando acudo a un nuevo lugar, el primer salto siempre da algo de miedo. Hay algunos tipos de salto que me asustan más que otros. Está claro que ahora tengo más confianza que hace unos años, pero sé que es peligroso así que tengo que ser precavido.

¿Por qué decidió dedicarse a esta disciplina?

-Desde muy joven estuve marcado por la natación. Mi hermana era nadadora y yo solía saltar en la piscina de al lado. Me pasada el día dando vueltas por ahí, saltando, divirtiéndome mucho y enseguida descubrí que este era un deporte hecho para mí. Empecé en un nivel bajo. Un metro, tres metros... y cada vez que saltaba de más alto tenia una sensación indescriptible, algo como una adrenalina máxima y el corazón bombeando a tope; eso crecía cada vez que saltaba de más alto. Siempre era la misma sensación y es lo que más me atrae de este deporte.

¿Recuerda su primer salto?

-Me acuerdo de mi primer salto desde los 20 metros y también recuerdo los que hice después, cuando subía cada vez más alto, de todos tengo buenos recuerdos. Mi primer salto desde los 27 metros fue una especie de mezcla de lo que sentí en los anteriores.

Usted está considerado como un temerario dentro de este deporte, ¿qué le hace tomar tantos riesgos?

-El hecho es que no hay tantos riesgos si entrenas duro. Cuando alguien salta desde 27 metros, puede ser arriesgado, pero para saltar a este nivel, entrenamos durante muchísimos años. No se empieza saltando directamente desde esa altura, se empieza con un metro, tres, siete, diez... y por eso no puedo decir que sea un deporte arriesgado.

¿Por qué decidió ser un clavadista diferente y atreverse con cosas nunca vistas con anterioridad?

-No siento que haga nada diferente al resto, solo intento ser lo mejor que pueda ser y no hacer siempre lo mismo. Lo que pasa es que algunos saltos que he hecho no los había hecho nadie antes, pero realizo los mismos desafíos y esfuerzos que los demás.

¿Por qué decidió ser un clavadista diferente y atreverse con cosas nunca vistas con anterioridad?

-No siento que haga nada diferente al resto, solo intento ser lo mejor que pueda ser y no hacer siempre lo mismo. Lo que pasa es que algunos saltos que he hecho no los había hecho nadie antes, pero realizo los mismos desafíos y esfuerzos que los demás.

¿Dónde está su límite?

-Cuál es el límite o desde qué altura se puede saltar, es algo imposible de decir. Si pudiera contestar a esta pregunta no sería tan bueno como lo soy hoy en día. Buscar los límites es lo que te hace ser mejor.

Cinco veces ganador del Red Bull Cliff Diving World Series, seis de siete pruebas ganadas, medallas en los campeonatos del mundo... ¿cómo mantiene el hambre por ganar?

-No lo he ganado todo. Acabé cuarto en la Copa del Mundo este año, quinto en la parada de Bosnia... no he logrado vencer en todas las pruebas y siempre quiero ser mejor. Quiero conseguir marcas que nunca he hecho, nuca he tenido un diez de todos los jueces. En el deporte siempre hay nuevos desafíos que batir.

¿Cuáles son los próximos desafíos que tiene en mente?

-Quiero aprender algún nuevo salto el año que viene. Quería introducir algo nuevo aquí, en Bilbao, pero es demasiado pronto y sería estúpido intentar algo sin tener la mejor preparación. Pasaré la temporada de invierno trabajando en un nuevo salto, creo que tengo la habilidad o estoy preparado para añadir algo extra a mi programa, pero será el año que viene.

Mirando al futuro, se está considerando que los saltos de 27 metros entren en el programa olímpico, ¿se ve participando en unos Juegos?

-Sí, en mi opinión que estén estos saltos en los Juegos Olímpicos es cuestión de tiempo. En mi caso, puedo estar en mi mejor momento cuando llegue ese día o puede que no, pero estar, sí creo que estaré.

¿Por qué debería ser esta disciplina olímpica?

-Creo que todos los deportes están adquiriendo un nuevo nivel extremo y dentro de los saltos esta es una nueva vida. Esto es lo que le hace interesante, todo el mundo ahora está centrado en los deportes extremos y cada vez se celebran más. Creo que estos saltos altos están consiguiendo mucha popularidad desde que está Red Bull con nosotros y cada vez tenemos más repercusión. Por eso, ahora que la gente sabe que existen los saltos de 27 metros, realizar clavadas en los Juegos Olímpicos desde solo desde tres o diez metros resultaría estúpido.