IRATXE Ortiz de Pinedo (Elantxobe, 1991) es toda una veterana a pesar de su edad. Lleva más de quince años dirigiendo botes por las aguas del Cantábrico. Una patrona consagrada y con multitud de regatas a sus espaldas. La elantxobetarra comenzó el pasado domingo otra temporada más, una nueva liga para su extensa trayectoria. Pero esta vez algo era diferente. Los nervios eran mayores y en el escenario se respiraba ese sentimiento de que una cosa histórica estaba por llegar. Era el turno de bogar en la ARC-2. Lutxana decidió dar la oportunidad a Ortiz de Pinedo y estableció un precedente. La primera mujer en ser patrona en esta competición y una barrera que se rompe de cara a que las traineras puedan ser comandadas por féminas en esta liga y en un futuro, tal vez, en la ACT.

Los remeros de Lutxana ya están acostumbrados a escuchar las voces de ánimo de Iratxe. Ella es la que manda en la Ederra. La encargada de gobernar la trainera e intentar que vaya lo más rápido posible. Siempre recto y derribando todas las dudas a cada palada. “Está claro que los chicos tienen más fuerza, pero soy capaz de hacerlo igual de bien que ellos y, además, peso veinte kilos menos que muchos de los otros patrones. Da igual ser chico o chica para ser patrona”, afirma la elantxobetarra. Su primera prueba para demostrar su potencial fue la Bandera de La Iberia, disputada el domingo en Sestao. Una experiencia agridulce para Iratxe, que alternó la felicidad de su debut en la ARC, con la tristeza de su equipo por no haber podido lograr cumplir el objetivo planteado al inicio del día: “Nos salió peor de lo que esperábamos. Personalmente, mi trabajo no fue muy complicado. Solo tuve que realizar una ciaboga y luego intentar que la corriente no nos perjudicara demasiado”.

La Ederra finalizó en octavo lugar. Una posición discreta y una actuación que no será recordada por mucho tiempo. Una bandera que cayó en manos de Hondarribia B, pero que estará siempre marcada por el debut de Ortiz de Pinedo. El domingo el resultado deportivo no fue lo más importante. “Me hace ilusión hacer historia y nunca voy a olvidar que remé en la ARC”, explica la patrona de Lutxana. La elantxobetarra consiguió el puesto casi de casualidad, debido a la baja de un compañero suyo y cuando ya pensaba más en la retirada que en volver al agua. “Siempre han confiado en mí y más de un invierno me han propuesto remar en verano. Por trabajo o para tener más tiempo libre, les decía que no, pero esta vez me pidieron el favor y acepté”, cuenta. Lejos de tratarle con recelo en el equipo, sus compañeros aceptan sin dudar sus órdenes y le cuidan como a “una reina”. “A mí me tratan mejor que a los chicos. Están más pendientes de mí. Al final he estado muchos años con chicas y ya me conocen, pasan más de mí. Los chicos, al ser nueva, me hacen mucho caso y el entrenador también me trata muy bien debido a que les estoy haciendo un favor”, comenta la patrona de Elantxobe, que comenzó a bogar en su localidad natal antes de pasar por Isuntza, Portugalete, Arkote y la trai-nera de Bizkaia que compitió en la Liga Euskotren.

Deseos de futuro Ortiz de Pinedo no mira más allá de las próximas regatas. Cada curso, la sombra de la retirada revolotea por la mente de esta elantxobetarra. Muchos años de sacrificios para poder salir al agua. “Son muchas temporadas de trainerillas, bateles, traineras... y poco a poco voy dejándolo. Aunque cuando digo que me voy a retirar nadie me cree porque siempre que me piden que esté en cualquier bote digo que sí”, declara la patrona de la Ederra. Por eso, sus siguientes retos están enfocados al presente: “Esperemos que hagamos mejores resultados en las próximas regatas y podamos meternos en la tanda de honor. Aunque sería increíble ganar una bandera”.

Otro de los deseos de la vizcaina sería que le quitaran lo antes posible ese honor de ser la única patrona en la liga. “Somos muy pocas, pero si a la gente le hace falta, igual que yo, hay muchas chicas que podrían estar”, argumenta. Ortiz de Pinedo ha sido la primera en derribar esta barrera en el remo del Cantábrico, aun así, todavía queda otro reto por superar. El último paso para que las mujeres puedan llegar a la élite arraunlari: La Liga San Miguel. “Sería increíble ver a una chica en la ACT”, comenta la elantxobetarra, que bromea: “A ver si me fichan y puedo salir en la televisión”.