sER del Athletic es algo grande, pero para definirlo las palabras se quedan pequeñas. Una filosofía única y que apasiona. Un concepto que Kike Liñero trata de expandir por el mundo para que la gente conozca de primera mano qué significa ser del Athletic. Unos sentimientos que el técnico de Gordexola vuelve a llevar a Corea del Sur, donde ya trabajó. Liñero hace de nuevo las maletas y regresa al país asiático para entrenar y formar parte de la creación de un nuevo club, con una gran unión al conjunto rojiblanco y al que espera llamar Athletic Club de Siheung.
El nuevo reto se presenta en una ciudad cerca de Seúl de medio millón de habitantes. Ante la aventura, Liñero expresa que “la idea nació porque me conocían de mi época anterior y habíamos hablado sobre Euskadi, el Athletic y nuestra filosofía. Les gustó y planteé crear un club de fútbol, tuvimos una serie de reuniones, confiaron en mí y aprobamos el proyecto”. Un proyecto que en principio durará un año y donde el vizcaino comenzará desde cero, con la creación de tres categorías, a las que formará y entrenará. Unas futuras promesas en el fútbol a las que Liñero enseñará que “la calidad de un entrenamiento es importante”. “La predisposición que tienen para entrenar es total, pero tienen que aprender que descansar también es importante”, añade.
Un club donde Liñero va a estar como en casa. El míster explica que la intención es que la entidad lleve el nombre del Athletic, “una idea que les pareció fenomenal”, además de vestir con la elástica rojiblanca y la verde como segunda equipación. Liñero apunta que incluso ha hablado de “implantar también la filosofía del Athletic y jugar con gente de la ciudad o la provincia”. Una ciudad que conoce bien de cerca al equipo bilbaino, porque “ven todos los partidos en abierto y conocen bien la liga española, pero sorprende que no solo conozcan a Llorente o Javi Martínez, sino que te hablen de jugadores como Muniain, Susaeta o San José”. Además, expresa que les llama la atención “que sea el único equipo en el mundo que juega con jugadores de su autonomía y sobre todo la comunión que tiene la afición con el equipo: “Les parece sorprendente que demos más importancia a esa filosofía que a gastar dinero en grandes fichajes”.
Un proyecto con una población que según el míster no es tan diferente a los vizcainos: “Tienen similitudes con nosotros, mucho cariño a la naturaleza, a cuidar mucho su entorno y también son muy orgullosos”, señala en tono jocoso. Un año que Liñero afronta con ilusión y ganas junto a su familia: “Aquí me trataron muy bien cuando estuve y quiero demostrar mi trabajo”, indica. Un entrenador apasionado que espera implantar unos valores y que no descarta en un futuro su regreso a Lezama:. “No descarto volver, pero lo quiero hacer cuando más falta haga y sin ningún tipo de impedimentos”.
final de copa Algo que Kike Liñero echará en falta pero que vivirá desde Corea será la final de Copa que el Athletic disputa ante el Barcelona. “Me da mucha pena no poder vivirla, pero espero que nos den una alegría”, afirma. Ante la posibilidad de que el conjunto rojiblanco se alce con el título, el míster expresa que “me dolería en el alma perderme la salida, después de tantos años, de la gabarra, pero también sería feliz”. Además, Kike Liñero apunta que “aquí también lo celebraremos”.