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La torre de Pietà

Samuel Deguara, pívot maltés de 2,23 metros, se medirá el domingo al Zornotza en Larrea en las filas del viten getafe

La torre de Pietà

SABEMOS que es una apuesta arriesgada, pero en baloncesto siempre hay que intentar sacar algo de un jugador de 2,23”. Así explicaba Ferrán López, director deportivo del Fuenlabrada, el fichaje de Samuel Deguara (Pietà, 21-VI- 1991), uno de los tipos más altos que ha jugado nunca al baloncesto en el mundo y el más alto de todos los que lo hacen ahora mismo en cualquier categoría estatal. El pívot maltés jugará, de momento, con el filial del conjunto fuenlabreño en la Adecco Plata, el Viten Getafe que se medirá el domingo al mediodía al Zornotza en Larrea.

Incluso en el baloncesto, Deguara es una rara avis. Primero de todo, porque nació en Malta, un país sin ninguna tradición, y después porque tampoco es común ver a jugadores de su tamaño -algunas fuentes sitúan su altura en 2,28 metros- tratando de abrirse camino en las competiciones de élite. Los problemas físicos acabaron prematuramente con la carrera de muchos de ellos y ahí están los casos de Georghe Muresan, Yao Ming o Roberto Dueñas. El jugador del Getafe también ha sufrido lo suyo, pero es joven y a sus 23 años aún cree que le queda camino en el baloncesto.

“Quiero estar sano y libre de lesiones para merecer otra oportunidad para desarrollar mi carrera en el extranjero”, afirmó el año pasado cuando no le quedó otro remedio que regresar al baloncesto de su país tras un par de temporadas complicadas. Samuel Deguara fue captado con 16 años por el Benetton Treviso, una de las mejores canteras de Europa. En el club trevisano recibió todas las atenciones posibles, médicas y deportivas, que requiere un jugador de su estatura, incluidas una participación en el prestigioso Eurocamp y una cesión al Bari. Pero en el verano de 2012 el Benetton desapareció y Deguara tuvo que reiniciar su carrera.

Probó con el Partizán y con el Reggio Emilia y el club italiano apostó por él con vistas a un largo plazo. Incluso, llegó a debutar en la Serie A, seis minutos en un partido ante el Armani Milán, pero un par de lesiones en los tobillos le obligaron a parar y detuvieron en seco su progresión. Una vez recuperado, tuvo que buscarse la vida. El Brescia trató de conseguirle un pasaporte italiano, pero las gestiones no fructificaron y Deguara decidió volver a Malta para jugar de continuo.

Fichó a comienzos de 2014 por el Bupa Lexol y, claro, dominó con la gorra en los 17 partidos que disputó. 29,5 puntos y 24,2 rebotes fueron sus promedios en una Liga que, valga la expresión, se le quedaba muy pequeña. El pasado verano, Samuel Deguara destacó también en el Eurobasket de Países Pequeños (18,8 puntos y quince rebotes) ante rivales como San Marino, Andorra, Escocia y Gales, lo que le volvió a poner en boca de algunos clubes europeos.

Fue el Fuenlabrada el que dio a la torre de Pietà una segunda oportunidad de demostrar que lo suyo es algo más que un exotismo. Y en la localidad madrileña saben algo de gigantes porque fue allí donde Roberto Dueñas empezó su carrera. Los 2,23 metros de Deguara deberían causar estragos en la Adecco Plata cerca del aro, aunque el maltés también puede sufrir mucho en una competición en la que la mayoría de los pívots son pequeños y muy móviles. “Es un jugador con un futuro importante. Vamos a intentar apostar por él con paciencia. Va a sorprender a todo el mundo por lo grande que es, por lo que intimida cerca del aro”, afirma Armando Gómez, su actual entrenador.

Samuel Deguara debutó la semana pasada y aportó cinco puntos y seis rebotes en once minutos. “Tiene carencias, sobre todo en defensa, pero es un proyecto de futuro. La idea es que desarrolle más su juego y, desde luego, predisposición tiene”, comenta el técnico del Viten Getafe, un equipo de formación con el que el jugador maltés podrá realizar entrenamientos específicos de calidad y trabajar sin la presión de los resultados. Pero es imposible saber dónde llegará Deguara. En estos tiempos, incluso los más altos lo pasan mal en un deporte para altos.