bilbao - Javi Salgado (6-8-1980) es ahora mismo el único jugador vizcaino a tiempo completo en la Liga Endesa, si no se cuenta a Borja Mendia, que divide sus presencias entre el Zornotza y el Bilbao Basket. En el verano pasado sonó la posibilidad de que el base regresara al equipo del que fue santo y seña durante diez temporadas, pero Sito Alonso, que le dirigió durante tres años en Donostia, entendió incompatible su presencia como hombre de negro con la de Raúl López. Así, Salgado tomó rumbo al Estudiantes por deseo expreso de Txus Vidorreta que le quería como base de referencia y mentor del joven Jaime Fernández. El curso no ha empezado muy bien, pero Javi Salgado declara sentirse muy cómodo en un club que le trae reminiscencias de su pasado en el patio de Maristas. “Aquí hay mucha gente relacionada con el baloncesto y un gran ambiente”, asegura.
No parece que el Tuenti Móvil Estudiantes llegue en su mejor momento a Bilbao.
-Es verdad. Estamos en la pelea por ver si conseguimos reaccionar. Nos hace falta jugar mejor, pero sobre todo nos hace falta ganar.
¿Es un problema solo de resultados?
-Sí, porque yo creo que el equipo entrena bien y no es un problema de actitud. Pero los resultados no están llegando. Hicimos una muy mala segunda parte en casa contra el Sevilla y perdimos, tampoco supimos ganar en casa al Iberostar Tenerife y eso unido a algunas salidas complicadas que hemos tenido hace que estemos con alguna victoria menos de las que esperábamos. Estamos necesitados de ganar cuanto antes, está claro.
¿Cómo lo está llevando usted? Al fin y al cabo, es su primera experiencia en el club.
-Bueno, creo que hay que mantener la calma porque esto es deporte y estas cosas pueden pasar. Tenemos muchos jugadores nuevos, que no estaban en el Estudiantes el año pasado, y tenemos que acabar de acoplarnos para jugar mejor y ganar. Siempre digo que en estas situaciones cada uno tiene que mirar para sí mismo, ver sus errores y trabajar más duro aún en los entrenamientos para corregirlos. De esta manera, el resultado global del equipo mejorará.
Al margen de la situación deportiva, ¿cómo está siendo su adaptación al Estudiantes? Quince años después de salir de Maristas, vuelve a un club colegial.
-La verdad es que la gente se está portando de maravilla conmigo. En ese sentido, no tengo ningún problema. Esto es como una gran familia. Hay muchísimos chavales que entrenan en el Magariños, donde lo hacemos también nosotros, y eso hace que haya un gran ambiente de baloncesto. Lo que se me hace más duro y triste en el día a día es estar lejos de mi familia. Pero el cuerpo técnico y los compañeros me están arropando.
En este sentido, no sé si esta experiencia es similar a la que vivió cuando salió de Maristas para jugar en León.
-Hombre, no es lo mismo salir con 18 años que con 34 a una ciudad en la que te encuentras solo. Hay algunas cosas parecidas, pero ahora tengo mucha más experiencia en el baloncesto y en la vida y siempre te lo tomas todo con más calma.
El Estudiantes es un club muy diferente al Bilbao Basket y al Gipuzkoa Basket.
-Sí, el vértice de la pirámide es el club de ACB, pero alrededor hay muchos entrenadores de cantera, muchos jugadores de cantera, chicos y chicas... La estructura es muy grande. En Bilbao y en Donostia solo estaba el equipo ACB: la directiva, el cuerpo técnico y los jugadores. Al final, la estructura tan importante que hay en el Estudiantes tiene sus cosas positivas y sus cosas negativas.
¿Y cómo ha sido su reencuentro con Txus Vidorreta después de cuatro años?
-Los dos hemos cambiado y evolucionado, él como entrenador y yo como jugador. No es como cuando empezamos en la ACB hace diez años, pero en las cuestiones básicas nos conocemos bien. En ese sentido, el reencuentro ha sido bueno y ahora hace falta que los resultados nos acompañen para que todos estemos más tranquilos en el trabajo diario. Pero por lo demás, todo va muy bien.
Por todo lo que mueve el Estudiantes, ¿sienten los que llegan de fuera una responsabilidad añadida en un momento como el actual?
-Sí, y porque sabemos que estamos en un club con una gran historia detrás y una gran repercusión por todo el seguimiento que tiene. Económicamente, no son los mejores momentos para el Estudiantes y para muchos otros clubes y nuestra responsabilidad es hacerlo bien por salvar nuestro trabajo diario y por toda la ilusión de la gente que está detrás del Estudiantes y que quiere que el primer equipo vaya bien.
Hablando del Bilbao Basket, ¿le ha sorprendido su excelente inicio de temporada?
-No, porque cuando vi el equipo que habían hecho y que tenían a Sito Alonso como entrenador no tenía dudas de que iban a estar arriba. Han mantenido a los jugadores importantes, he entrenado y me he enfrentado muchas veces a ellos y sé de lo que son capaces. Quizás las dudas estuvieron por cómo transcurrió la pretemporada, pero yo sabía que iban a estar arriba, aunque quizás no desde el principio o cuando han pasado solo ocho jornadas. Pero la calidad la tienen, desde luego. Además, han sabido ganar algunos partidos apretados y eso les ha dado mucha confianza.
Sito Alonso está sacando mucho rendimiento al equipo, pese a los problemas. Usted le conoce bien. ¿Qué le hace diferente a otros técnicos?
-Sito es un entrenador que hace especial hincapié en que cada partido se puede ganar, sea contra quien sea. No se para a lamentar las bajas por importantes que sean. Él se preocupa de los jugadores que tiene y lo que puede y no puede hacer con ellos. Lo demostró en muchas ocasiones en el Gipuzkoa Basket dando minutos a jugadores jóvenes como Lander Lasa, Mikel Motos o Julen Olaizola y este año también lo está haciendo en Bilbao. En un partido complicado como el de Gran Canaria y con dos ausencias tan importantes como Mumbrú y Hervelle supo sacar lo máximo del equipo. Además, es un gran motivador, tanto a nivel individual como grupal, uno de los mejores que he conocido en mi carrera, porque siempre encuentra algo con lo que picar al jugador. Esa es una de las claves de que logre sacar ese rendimiento a sus plantillas. Además, es permisivo con que alguien falle tiros o no esté acertado, pero no con la falta de esfuerzo o de compromiso con las cosas que hay que hacer en la cancha.
Imagino que usted, como todos los aficionados en Bilbao, sintió alivio tras ver que el Bilbao Basket pudo salir adelante.
-Sí, desde luego. Fue un verano de muchas noticias contradictorias, de muchas incertidumbres. Se tocó fondo cuando la ACB dejó fuera al Bilbao Basket, pero por suerte para los aficionados al baloncesto de Bizkaia, de la Liga ACB y de la propia competición, con una ciudad como Bilbao, una cancha como Miribilla, unos aficionados como los que tiene y una plantilla de ese nivel, el club ha podido salir adelante. Ahora imagino que estarán en el difícil proceso de estabilizar económicamente todas las cuestiones, pero es una gran noticia que hayan podido seguir adelante y están demostrando que están arriba con mucho mérito.
En este sentido, el domingo se medirán dos equipos con distintas sensaciones. Sin embargo, conociendo a los dos entrenadores, el partido tendrá una carga táctica muy grande y nada puede darse por hecho.
-Seguro, seguro. Habrá mucha carga táctica, pero también emocional. El que sea más duro mentalmente, se llevará el partido. Nosotros tenemos que ser capaces de no venirnos abajo si recibimos golpes en el marcador, algo que nos está pasando últimamente, y el Bilbao Basket tiene que ser capaz de motivarse ante un equipo que no está en buen momento y después de haber logrado una victoria de calidad. En nuestro caso, sabemos que tenemos que ser duros porque en Miribilla no es fácil ganar y menos en estos momentos en los que el Bilbao Basket está lanzado y nosotros estamos con dudas.
Hablando de emociones, ¿para usted sigue siendo especial jugar este partido? ¿O con el tiempo ya se ha hecho costra? Además, este verano se habló de que podía volver al Bilbao Basket.
-Para mí siempre es especial y emotivo jugar contra el Bilbao Basket. Se agolpan muchos recuerdos por todas las historias que vivimos en todos los años que estuve allí. Además, hay mucha gente que conozco en el equipo y en el club, con el paso de los años menos, pero siempre los hay y los habrá. Tengo, además, muchos familiares y amigos en la grada y eso hace que el partido sea emotivo.
Alrededor estará una afición que ha recuperado la ilusión por el baloncesto, lo que en una plaza como Bilbao supone mucho.
-Sí, una de las razones por las que el Bilbao Basket ha conseguido salir del profundo bache ha sido el apoyo y el empuje de su afición en un momento complicado en el que no había partidos y en el que no había muchas formas de encontrar un altavoz para demostrar tu implicación y tu energía hacia el equipo. Todo lo que se movió esas semanas a través de las redes sociales, de las manifestaciones en la calle, hizo que los dirigentes del baloncesto y los que estaban entonces encargados de solucionar el tema vieran que el Bilbao Basket tiene detrás una afición muy fiel y una de las más numerosas, que siempre llena Miribilla. Eso es un valor añadido que tiene el Bilbao Basket y que pocos clubes pueden igualar.