Bilbao - Los aficionados del Bilbao Arena viven las últimas semanas envueltos por un manto de ilusión difícilmente imaginable hace poco más de dos meses, en aquellas agónicas semanas en las que el futuro no era ni bueno ni malo porque parecía no existir. Miran hacia la cancha y les gusta lo que ven. Ven a un equipo con todas las letras, a un grupo humano bien trabajado y multidisciplinar en el que desde la primera hasta la última pieza de su engranaje aporta su granito de arena al colectivo. Y disfrutan. Disfrutan porque su equipo practica un baloncesto entretenido y variado en ataque y fuerte e intenso en defensa. Y, además, se ilusionan. Se ilusionan porque su equipo no conoce la derrota en este inicio de temporada en la Liga Endesa hasta el punto de haber firmado su mejor arranque de curso en la élite del baloncesto estatal. Tres victorias en otros tantos partidos. Ahí queda eso.

El Bilbao Basket, por variantes de juego y capacidad de maniobra, apunta a equipo duro de roer, a colectivo correoso al que no será fácil descabalgar de los partidos, sobre todo ante rivales terrenales. Todo el mundo que transita por ese vestuario coincide a la hora de argumentar que “todavía nos queda bastante que mejorar”, pero lo que hay en estos momentos ha dado ya para sumar tres triunfos, el último de ellos ayer ante el UCAM Murcia (82-74), un rival notablemente armado dentro de su modestia que sujetó la mirada de los hombres de negro hasta el descanso pero que en el tercer cuarto pestañeó y cuando volvió a abrir los ojos comprobó que los de Sito Alonso se perdían ya en el horizonte. En esos minutos en los que el partido saltó por los aires, con un contundente parcial de 18-4 (se pasó del 44-41 al 62-45), el conjunto local diluyó a su rival cual azucarillo. Lo frenó en seco con una defensa muy activa, presionando las líneas de pase como si no hubiese mañana, y lo fundió en ataque a golpe de corneta, con Quino Colom encabezando el galope ya fuera finalizando las jugadas o habilitando a los Bertans, Mumbrú y Latavious Williams. Bien es cierto que el equipo sufrió un importante atasco ofensivo en los minutos finales del partido, en los que la fluidez ofensiva desapareció por culpa de ataques demasiado largos, dando a los de Diego Ocampo un hilillo de esperanza al que aferrarse, pero el botín en forma de victoria estaba ya a buen recaudo.

Ya desde el salto inicial quedó de manifiesto que iba a ser de esos partidos en los que es preciso masticar, masticar y masticar para poder digerirlo en forma de victoria. Con pocas alegrías debajo de la canasta, donde se repartía de todo menos caramelos, fue el Bilbao Basket el que llevó la iniciativa prácticamente en todo momento, pero sin poder quitarse de su rebufo a un UCAM Murcia bien armado. Dos grandes acciones de Colom, con un dos más uno y un triple, parecían dibujar un panorama algo más claro, pero la entrada de Neto revitalizó a los de Ocampo, que alcanzaron el final del acto inicial con un solo punto de desventaja (20-19). Se pusieron los visitantes por delante en el luminoso nada más arrancar el segundo cuarto, pero los de Sito Alonso se recuperaron en un abrir y cerrar de ojos. Cada canasta en juego suponía una guerra sin cuartel y por eso el 33-28 a 4:23 del descanso podía considerarse un pequeño tesoro. Dos perdidas seguidas de los anfitriones evitaron el despegue en un primer momento, pero entre Bertans y Hervelle, colosal en ambas canastas, fabricaron un colchón de siete puntos a 2:44 del ecuador, obligando a Ocampo a parar el choque. Amagó el Murcia con recuperar terreno amparado en la calidad individual de Cabezas, pero el Bilbao Basket se las arregló para mantener la renta gracias a una genial penetración prácticamente sobre la bocina de Raúl López.

Al regreso de vestuarios, una canasta de Bertans dibujó la que hasta entonces era la máxima renta del partido, pero Neto no estaba dispuesto a rendirse sin luchar y cinco puntos seguidos suyos y un tiro libre de Bamforth volvieron a equilibrar la balanza (44-41). Pero fue entonces cuando el Bilbao Basket entró en ebullición. Espoleado por una gran defensa y dos enormes acciones de Colom (una bandeja tras robo y un triple), el cuadro local borró de su retrovisor al Murcia. Mumbrú y Bertans se unieron a la fiesta desde la línea de 6,75, Williams y Hervelle hicieron suya la pintura y el parcial de 18-4 para un contundente marcador de 62-45 se convirtió en realidad.

La ventaja llegó a ser de hasta 18 puntos con el último cuarto ya en juego tras dos tiros libres de Marko Todorovic, pero entonces el Bilbao Basket sufrió un importante atasco, quizás por exceso de relajación o por cansancio. Con Bamforth entonado desde la larga distancia, el Murcia comenzó a rebajar su desventaja y no tardó en ponerse a diez puntos, pero fue poco más allá. Un triple de Neto a dos minutos del final colocó el 76-68, pero en la siguiente acción el brasileño falló un mate y los hombres de negro certificaron un arranque de curso para enmarcar.