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LUXEMBURGO: Joubert; Jans, Chanot, Philipps, Janisch; Gerson; Holter, Mutsch (Deville, m. 86), Da Mota (Payal, m. 75), Martins (Turpel, m. 60); y Bensi.
ESPAÑA: De Gea; Carvajal, Bartra, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Koke, Iniesta (Bernat, m. 70), Silva (Pedro, m. 70); Alcácer y Diego Costa (Rodrigo, m. 82).
Goles: 0-1, m. 27: Silva. 0-2, m. 41: Alcácer. 0-3, m. 69: Diego Costa. 0-4, m. 87: Bernat.
Árbitro: Pawel Gil (Polonia). Amonestó a Holter y Chanot por Luxemburgo; y a Costa y Piqué por España.
Incidencias: Tercera jornada del Grupo C de clasificación de la Eurocopa 2016. Estadio Josy Barthel, unos 7.800 espectadores.
luxemburgo - La selección española se levantó de la dura derrota de Eslovaquia goleando en Luxemburgo el día que Vicente del Bosque sentó a Iker Casillas para dar la alternativa a David de Gea y Diego Costa escenificó su obsesión con el gol, fallando innumerables ocasiones, hasta que marcó la más inesperada.
Obligada a levantarse y reaccionar, España regresó a la normalidad en Luxemburgo. Comienza a acostumbrarse a vivir en una nueva realidad, enterrando con malos resultados su época más gloriosa y buscando variantes a su estilo. Lo hizo Vicente del Bosque apostando por dos delanteros el día que sentó a Iker Casillas.
Del Bosque busca una “dulce transición” en la portería sabiendo que es una tarea imposible por el debate que envuelve cada paso de Casillas. Lo alimenta introduciendo una rotación en partido oficial que hasta ahora nunca estuvo en su libro de ruta. Tampoco la dupla ofensiva, juntando a dos nueves. DesdeVilla y Fernando Torres no ocurría. De ser el falso nueve su apuesta preferida, a jugar con dos matadores que se entendieron bien en plena obsesión de Costa.
El hispanobrasileño vivió uno de sus días más duros en un terreno de juego, escenificando una obsesión que solo desaparecerá con el gol. Con una ansiedad que le empuja al error, precipitado en el remate, sin sentir que todo el fútbol de España ahora pasa por él. Hizo todo bien menos el remate y tuvo innumerables ocasiones que le hicieron marcharse al descanso cabizbajo, negando con la cabeza, intentando digerir su sufrimiento. Hasta se fue enfadado en el momento del cambio, cuando al fin ya había marcado.
España comenzó con nuevo dibujo, un 5-3-2 en faceta defensiva con Busquets incrustado entre los centrales y dos laterales convertidos en extremos como Dani Carvajal y Jordi Alba. La responsabilidad del juego recayó sobre Iniesta. La Roja intercambió el fútbol directo con balones largos, con el toque, fueron los encargados de ver los pases a los espacios que abrieron los puntas.
Luxemburgo intentaba contener como podía el fútbol español, sobrepasado en todo momento y con Martins como su gran esperanza. El despliegue físico del joven jugador de 17 años obligó a mostrar velocidad a Bartra y Piqué en las coberturas a Alba, pero el protagonista del duelo era Diego Costa. Un nuevo desmarque y otra ocasión al limbo con todo a favor, y otra chutando a las nubes tras una buena pared con Alcácer.
La cabeza de Costa echaba humo. Remataba con la negatividad de un jugador obsesionado. Hasta falló una ocasión completamente solo tras un pase al espacio de Koke. Silva sí anotó, lo mismo que Alcocer antes del descanso.
Cuando España notaba el bajón físico de Iniesta y Silva, llegó al fin el tanto de Costa. Después de 514 minutos. Nunca un nueve tardó tanto. Y lo consiguió cuando no lo buscó y el balón le cayó. El fútbol quiso premiar su esfuerzo. En una acción de estrategia a una falta que no salió, tras mil rechaces, con todo a su favor para esta vez fusilar a la red y ni celebrarlo.