MADRID. La selección estadounidense salió desconcentrada, segura de sus posibilidades, y Serbia aprovechó las circunstancias y la nula defensa de los NBA para adelantarse en el marcador, gracias a la puesta en escena de Milos Teodosic y Nemaja Bjelica, con cuatro puntos cada uno.

Habían pasado 3:15 minutos de partido y Serbia dominaba 5-10. Mike Krzyzewski, entrenador de los norteamericanos, decidió que hasta ahí habían llegado las cosas y pidió tiempo muerto para leer la cartilla a sus jugadores.

Serbia todavía tuvo unos instantes más de gloria en los que amplió la ventaja (7-15), pero James Harden tomó las riendas del partido y lideró a sus compañeros a un parcial de 15-0 en sólo 3 minutos, pasando el marcador a 22-15 casi sin esfuerzo.

Ahí se acabó el partido y la final. La fiera estadounidense había despertado y ya nadie fue capaz de dominarle.