Duración: 56:32 minutos de juego.
Saques: 5 de Berasaluze VIII y 3 de Martínez de Irujo.
Pelotazos: 281 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 11 de Berasaluze VIII y 10 de Martínez de Irujo.
Errores: 6 de Berasaluze VIII y 5 de Martínez de Irujo.
Pasa: 1 de Martínez de Irujo.
Marcador: 0-1, 1-1, 5-2, 6-3, 7-4, 8-4, 8-5, 9-9, 11-10, 12-11, 13-12, 14-14, 15-15, 16-18, 21-19 y 22-19.
Incidencias: Buena entrada en el Labrit de Iruñea para contemplar el tercer y cuarto puesto del Cuatro y Medio de la LEP.M.
bilbao. Selló el devenir de su Cuatro y Medio Pablo Berasaluze de una manera inmejorable. Cerró el círculo trazado desde que partiera hasta Zarautz, al restaurante de Karlos Argiñano, para colocarse el azul del aspirante de la competición en la presentación -pasando por los envites contra Asier Olaizola en Bilbao, contra Abel Barriola en Gernika, contra Juan Martínez de Irujo en Iruñea, contra Julen Retegi en Beasain y contra Oinatz Bengoetxea en el Labrit-, en su cancha fetiche en la jaula de este curso, en la cancha navarra, frente al delantero Martínez de Irujo, en un duelo sin apenas picante de antemano. Terminó de trazar su circunferencia, su camino, su senda, el gran Berasaluze VIII venciendo por segunda vez en la competición al puntillero iberoarra, irregular durante todo el encuentro aunque jugó un buen partido. Dio la última puntada el vizcaino para colocarse como tercer pelotari dentro del Cuatro y Medio, solamente por detrás de dos fueras de serie como son Bengoetxea VI y Aimar Olaizola.
Triunfó Pablo agarrándose de nuevo a la seriedad y al saque. También exhibió genialidad el de Berriz, enredando en los cuadros alegres ante un rival potente y con ideas, pero que no terminó de encontrarse a gusto ante el ritmo de remate. No entró en tromba el de Ibero, acostumbrado al juego de ataque, a la lid con el cuchillo entre los dientes. Juan, un pelotari huracanado, volcánico; amaneció siendo ventarrón solo en los cuadros alegres, rivalizando con Berasaluze en la dejadita y el tiralíneas. Agachando el lomo hasta la extenuación, el de Ibero levantó el primer cartón. No obstante, las sensaciones no eran las mismas que en el anterior envite que unió al potente Juan con el mago de Berriz. En aquel encuentro en el Labrit, Irujo salió en tromba, intimidador, con una política de guerra relámpago; mientras que ayer planteó un envite más sosegado y serio. Pero en el que Berasaluze anduvo mejor.
Sacrificado y con el remate suelto, el de Berriz se colocó rápido muy por delante en el luminoso: 8-4. No se achantó el puntillero navarro, que se puso a mandar con su poder dentro de la jaula. E igualó fuerzas con el octavo cartón.
Demostró entonces mayor empaque el de Ibero. Irujo encaró el duelo con sobriedad, abrazado a una manera de entender el juego única y honesta, la del ataque, que quizás no sea la que más le conviene ante artistas de la talla de Pablo. Pero es la suya. Repartieron golpes por los dos lados, dando la sensación de que Juan estaba más centrado.
Y entonces apareció el mejor Berasaluze para tallarse una txapela de bronce a base de saque-remate. Disfrutó el manista en el último tramo, desde el 15-18 en contra, para acabar el camino que le ataba este curso al Cuatro y Medio, su mejor competición individual. Cinceló su futuro el delantero vizcaino con un final de infarto y tres saques consecutivos. Le dieron alas. Y cerraron el círculo de Pablo.