ERA 20 de junio de 1987. De anfitrión, conjuntamente, Nueva Zelanda y Australia. Cunas del nacimiento. El estadio Eden Park de Auckland albergaba la final del Mundial de Rugby. Como en 2011, los finalistas eran los All Blacks neozelandeses y Francia. Ambos asistían a la primera edición. Les Bleus asombraban al mundo alcanzando la final que a la postre sería el primer y único título de la historia para el totémico conjunto local. El zaguero y ala Serge Blanco, uno de los seis miembros de la selección francesa que forma parte del Salón de la Fama internacional, el Pelé del balón oval, el más prestigioso jugador galo, hijo de padre venezolano y madre vascofrancesa, anotó el ensayo ante Australia que dio al XV del Gallo el pase hacia su primera final. Fue uno de los dos vascos que cayeron derrotados aquel triste pero glorioso día (29-9). Pascal Ondarts también estuvo allí -las imágenes recogen un rostro ensangrentado-. Se cuenta sobre él que su ferocidad era indomable en el fragor de la batalla, considerado uno de los 10 miembros más aterradores de la historia de la selección gala, a juzgar por The Times. "Cuando te gusta el contacto humano, qué mejor que montar un restaurante", reza ahora el pilar de Iparralde, que además entona el cancionero popular vasco.

Éxitos como el Boga boga, que actualmente suena en la grada y en el vestuario de Francia, junto a la Marsellesa. Sí, la canción del nostálgico marinero que deja atrás su tierra. Es como la Haka neozelandesa. Cuando es el baionarra Imanol Harinordoquy (20-II-1980, Baiona), que otrora dejó aparcado el negocio familiar de ganadería, quien recoge el testigo como representante vasco en una final del Mundial que se celebra hoy (10.00 horas en Canal+) con el mismo escenario, Auckland, y los mismos contendientes de aquella maravillosa jornada para gallos y kiwis. Ambos hicieron historia. Si bien, Nueva Zelanda repite la condición de favorita -es el único equipo invicto, ya derrotó a Francia en la fase de grupos y suma 17 años sin perder en Eden Park-. La historia se repite 24 años más tarde.

Para Imanol Harinordoquy, tercer vasco que disputa una final después de Blanco y Ondarts, será su tercer Mundial tras los de 2003 y 2007, aunque será su primera final -y último partido de un Mundial-.

Formado en el US Nafarroa, Imanol se inició en el rugby a la edad de 14 años, motivado por una lesión de rodilla que le alejó de sus pasiones antecesoras: la pelota, la natación, el fútbol y el judo. Dio el salto al Pau en 1999, desde donde emigró en 2005 al Biarritz Olympique que actualmente defiende y donde ha proyectado su fama al mundo. No solo como modelo, pues dispone de su propia firma de ropa, la que emplea, por ejemplo, el Bera Bera o que ha contado con el futbolista tolosarra Xabi Alonso como imagen, sino como estrella que ha encontrado incluso el brazalete de la capitanía de la selección gala, donde debutó con 22 años y desde entonces ha ganado el Seis Naciones en cinco ocasiones (2002, 2004, 2006, 2007 y 2010). A nivel de clubes, con el Biarritz cuenta con dos Ligas (2004-05 y 2005-06) y dos finales de la Heineken Cup (2006 y 2010). Mientras, a título personal, en 2010 estuvo a punto de ser nombrado mejor jugador del año. Si bien, el galardón recayó sobre el neozelandés Richie McCaw no sin polémica.

La presente campaña Harinordoquy está jugando más de flanker que de ocho, tanto en la selección como en el BO. El baionarra, criado en Donibane Garazi, reporta dinamismo en su línea y ofrece un abanico de alternativas ofensivas allá donde juega. Sin descuidar que se trata de uno de los mejores placadores del cuadro galo y, por ende, del mundo.

"Francia -verdugo neozelandés en 1999 y 2007- es su propio enemigo", adelanta Harinordoquy. "Habrá que estar fríos", añade este palpitante corazón vasco precisamente en el corazón del renacimiento francés, que, a la tercera oportunidad, puede encontrar su gloria o, por contra, cedérsela a quienes se erigen en adalides de la disciplina. El seleccionador galo Marc Lièvremont apostará por el mismo quince que doblegó a Gales. Allí estuvo Harinordoquy. Después de Blanco, tras Ondarts. Pieza de la sui géneris memoria vasca.