MI fe es la razón por la cual corro. Calma mi corazón y me hace sentir como si levitase. Mi velocidad es, definitivamente, un regalo suyo y corro por su gloria. Cualquier cosa que hago es porque él me lo permite". Habla Allyson Felix (Los Ángeles, 18-XI-1985), hija de un ministro religioso y profesor especializado en el Nuevo Testamento, sobre su relación con Dios, sobre la fe, eso que dicen que mueve montañas y derriba barreras. En su caso es cierto, pues además le permite ser rápida, muy rápida. Desde que a los 18 años irrumpió con fuerza en los Juegos Olímpicos de Atenas con una medalla de plata en la prueba del doble hectómetro pocas atletas pueden presumir de tener un palmarés como el suyo (un oro y dos platas olímpicas y seis oros en los Mundiales). No está nada mal para una atleta a la que apodaron Chicken Legs (piernas de pollo) al llegar a la universidad, burlas que acalló rápidamente en el gimnasio, levantando 120 kilos de peso, y en las pistas, batiendo a toda rival que oso a retarla en las pruebas de velocidad.
Ahora, Felix ha añadido un nuevo hito a su lustroso palmarés, pues ayer ganó la prueba de los 400 metros en los trials que se están llevando a cabo en Eugene, Oregon, convirtiéndose en la primera atleta que consigue ganar los títulos estadounidenses de 100, 200 y 400 metros y se convierte en la velocista total. Felix, que antes de enamorarse del tartán hizo sus primeros pinitos en el mundo del deporte con un balón de baloncesto debajo del brazo, firmó una marca de 50,40 -su mejor registro, 49,70, lo consiguió hace cuatro años en Estocolmo-, nueve centésimas mejor que Francena McCorory, que cerca estuvo de superarla en la recta final. De todas maneras, la californiana no ha decidido todavía si correrá esta prueba en el próximo Mundial de Daegu, donde sí que defenderá su corona mundial de los 200 metros, además de correr los relevos de 4x100 y 4x400.
Pese a que le falta un gran oro olímpico (la presea dorada que posee es del relevo 4x400 de Pekín'08), Felix es una de las grandes damas de la velocidad mundial. Hace ya tiempo que no se centra en la prueba del hectómetro, lo que sin duda le ha permitido establecer una gran tiranía en la prueba de 200 metros, en la que ha logrado tres oros consecutivos en los Mundiales (Helsinki'05, Osaka'07 y Berlín'09). En esta última cita convirtió en realidad uno de sus grandes sueños. "Para mí es muy especial lograr mi tercer oro aquí, en el Olympiastadion, para poder así honrar la figura de Jesse Owens", dijo en una rueda de prensa en la que, sin embargo, reconoció, sentada al lado de la jamaicana Veronica Campbell-Brown, que "sin duda alguna te cambiaría estos tres oros por el que tú conseguiste en los Juegos de Pekín". En esa cita, en la que partía como gran favorita, Felix, totalmente bloqueada, solo pudo ser segunda, espina que espera sacarse el próximo año en Londres. Sin embargo, la velocista total tiene antes una cita ineludible en Corea del Sur, donde aspira a alargar su tiranía en el Mundial.