Bilbao. "He cerrado el círculo". Una sentencia. Una decisión: "Fijo, fijo, esta ha sido mi última expedición de primera línea. Voy a seguir haciendo montaña, pero a un nivel más coloquial, más familiar, acompañando a la gente hasta el campo base, trekking o cosas así". Habla Josu Feijoo desde Groenlandia, donde aún sigue porque el mal tiempo que azota la zona impide hasta volar a los aviones. Habla el montañero alavés después de haber sufrido dos comas hipoglucémicos durante su reto de intentar cruzar Groenlandia de este a oeste. "Sí, he visto las orejas al lobo pero no es por eso por lo que decido dejar la montaña de máxima exigencia. Sino porque soy un enfermo crónico, ya tengo una edad, tengo 45 años, y noto que no puedo seguir el ritmo de mis compañeros", se sincera el gasteiztarra.
Pero el susto que se ha llevado en esta última gran aventura ha sido enorme. Todavía no se ha recuperado del todo, puesto que ayer, cuando ya estaba previsto que recibiera el alta, continuaba aún en el hospital. "Durante la noche he tenido un poco de hipoglucemia. No termino de estabilizarme", comenta Josu, que, no obstante, ya es capaz de tomarse todo lo sucedido con buen humor: "Pero tenía chocolates y bollos al lado, así que me he comido unos pocos y ya estoy mucho mejor".
Fue precisamente el chocolate que tenían durante su expedición a través de Groenlandia el que contribuyó a salvar la vida de Feijoo, diabético, durante esos tres terribles días en los que tras sufrir los dos comas hipoglucémicos tuvo que esperar a ser evacuado por un helicóptero. Josu llegó a perder el conocimiento y la memoria. "Yo estaba inconsciente y un día me desperté en mi tienda de campaña y Víctor (Izquierdo) estaba conmigo. Yo le pregunté: ¿Qué haces aquí? Y mi compañero pensaba que le estaba vacilando, y yo creía que me estaba vacilando él a mí", describe el montañero vasco.
Feijoo habla mientras una tormenta azota Groenlandia. Un temporal que de forma inusual se ha instalado en el país blanco. "Al final hasta el lunes no voy a poder llegar a Gasteiz, hemos tenido que cancelar todos los vuelos que teníamos para hoy -por ayer- y los hoteles que habíamos cogido. He estado 45 minutos por teléfono arreglando todo el tema. Y lo que pasa es que solo hay dos vuelos a la semana para poder volar a Reikiavik: los miércoles y los sábados", señala el aventurero.
Acaba un capítulo. Cerrado un "círculo con sobresaliente", Feijoo se dispone a abrir otro "con mucha ilusión". Y es que Josu divisa su futuro como astronauta. Más o menos dentro de ocho meses, ascenderá al espacio en un transbordador. "A finales de mayo empezaba los entrenamientos en la NASA, pero con todo esto seguro que tendré que posponerlos. Pero no habrá ningún problema para hacerlo", afirma el gasteiztarra, muy motivado con su próximo periplo espacial: "Siempre he querido ser astronauta".
sus compañeros abandonan Josu está recuperado, pero una preocupación ronda por su cabeza. Y es que sus dos compañeros, los que continuaban con la aventura, Jon Goikoetxea y Néstor López, están a la espera de ser rescatados. El mal tiempo voló su tienda de campaña, por lo que no pueden seguir con el proyecto y cuando un helicóptero pueda volar serán evacuados.