palma de mallorca. Con la voz trémula pero el verbo firme e indignado, el madrileño Alberto Contador confirmó que recurrirá cualquier castigo que decida imponerle la Federación Española de Ciclismo por el positivo de clembuterol con que fue sorprendido en el transcurso de la pasada edición del Tour de Francia.
"Es una cuestión de honor", advirtió el triple vencedor de la ronda gala en sus primeras palabras tras conocer el miércoles la intención del organismo rector del ciclismo español de suspenderle durante un año. "Hay que recordar que de momento solo es una propuesta de resolución. Los próximos diez días voy a trabajar con mis abogados para que se haga justicia. En caso de que no sea así, voy a recurrir a donde sea necesario para defender mi inocencia hasta el final", advirtió Contador.
El corredor de Pinto, que se encuentra realizando la concentración de pretemporada en Mallorca con su nuevo equipo, el Saxo Bank, tiene diez días desde el momento en que fue informado de la propuesta para presentar alegaciones, después de lo cual el comité de competición dictará su veredicto definitivo, que será enviado a la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Contador dio positivo en julio, durante la segunda jornada de descanso del Tour, por una mínima cantidad de clembuterol (50 picogramos). Sin embargo, el corredor madrileño siempre ha mantenido que la intoxicación fue involuntaria, producida tras comer un filete de una pieza de carne supuestamente comprada en una carnicería de Irun.
"Todos los científicos saben que soy inocente, que no he hecho nada", aseguró rotundo el ciclista de 28 años en una concurrida rueda de prensa en el Hotel Son Net, flanqueado por su portavoz, Jacinto Vidarte, y su jefe de equipo, el danés Bjarne Riis. "El único error que he cometido es comerme una carne sin haberla analizado previamente. ¿Qué voy a hacer, cada vez que vaya a un restaurante voy a tener que analizar la carne para ver si tiene clembuterol?", añadió con sorna y resquemor el madrileño. A este respecto, la defensa del corredor aportó hasta trece informes de expertos apoyando la tesis de la carne adulterada, pero tanto la UCI como la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) son escépticas y quieren severidad con el campeón de Pinto.
Molesto con las filtraciones Contador se mostró disgustado con las filtraciones a la prensa de su caso y calificó de "malintencionadas" las declaraciones por parte de UCI y AMA, que considera que influyeron en la resolución. "Hoy es un día realmente triste para mí. Tengo una grandísisma desilusión, estoy muy decepcionado. Es de vergüenza", insistió Alberto Contador. "Ahora ya no creo en el sistema antidopaje", espetó el español, que hizo un dramático relato de los más de 500 controles que ha pasado en su carrera profesional, muchos de ellos por sorpresa, en su casa, durante fiestas de cumpleaños, en mitad de una película en el cine o cenando con amigos, según relató en su comparecencia tras conocer la sanción.
El madrileño confesó que cuando recibió la noticia del castigo le pidió a Riis irse a su casa en Pinto. "Quiero estar con mi familia, con mis amigos", explicó el ciclista, que si ve confirmada la sanción perdería su título del Tour de 2010 y no podría correr ninguna de las tres grandes vueltas en 2011, ya que la sanción finalizaría el 24 de agosto, con la Vuelta a España ya empezada.
Un año de sanción es la mitad de lo aplicado normalmente por la normativa antidopaje, pero Contador sigue sintiéndose "víctima de una norma obsoleta". "Me considero un ejemplo de limpieza", aseguró el ciclista, que no hizo caso a la advertencia del presidente de la RFEC, Juan Carlos Castaño, de que un recurso a la Corte Arbitral del Deporte (CAS) podría saldarse incluso con un endurecimiento del castigo.