"Nos falta el puntillazo"
Sébastien Gonzalez y Aritz Laskurain, finalistas de la pasada edición del Parejas, no conocen aún la victoria en el presente curso pese a la buena imagen mostrada
bilbao. "¡Emoixok Lasku!". Se barnizan las gradas. Aritz Laskurain, tacos en mano, mirada recta, gesto invariable, caminar sencillo, sin ambages, se afana en su trabajo en la cancha. Retiene, no obstante, entre los focos de su andamiaje, a un Sébastien Gonzalez espumoso, efervescente, que amanece en el Campeonato con su mejor compañero de baile. Aquel con el que labró un Parejas casi perfecto el curso pasado -perdieron la txapela frente al tándem de colosos que formaron Yves Xala y Aitor Zubieta-. Tal fue el impacto del dúo, compensado, competitivo y brutal en las ejecuciones, que, durante esta temporada, los responsables de la promotora eibarresa han apostado por su unión como una alternativa sólida a cualquier pareja que se presente. Sin embargo, aunque las premisas cargaban de razones a los intendentes de la promotora eibarresa, los resultados se están cebando con la parejas. No en vano, aunque han cuajado dos partidos buenos, estos se han escapado entre sus dedos en los instantes finales. "Personalmente, no me encuentro contento con mi rendimiento. En la primera jornada estuve cansado y ante Olaizola y Begino hay que hacer mucho más y en la segunda no pude alcanzar mi juego", admite.
Como reza la pancarta que portan los vecinos de Soraluze, fieles seguidores del zaguero guipuzcoano, grande en el esfuerzo y en el sacrificio, necesita de un golpe de efecto. Pese esa pequeña y gran muestra de ánimo -"¡dale, Lasku!"- que le acompaña a la mayoría de frontones que pisa, Aritz no está consiguiendo pisar el acelerador. "Estamos bien de juego los dos, pero nos falta afinar el físico", alega Laskurain. Bien es cierto que la anterior campaña, en la que Gonzalez venía de consagrarse con su txapela del Cuatro y Medio, la primera toma de contacto fue desastrosa, con una falta de entendimiento brutal, y según fue levantando el Campeonato, volaron ellos con él. En aquel día de Reyes, ante Pablo Berasaluze y Aritz Begino, el zaguero resumió su estado: "No podemos jugar así. Tenemos que hablar". Y fue este mantra, esta frase, la que levantó la liebre y aupó a los dos camino de la final.
"Falta de frescura" "Nos falta lo que da la propia competición, ese ritmo", afirma el de Soraluze. Habla Aritz de la "frescura" en el físico. "En diciembre estuve a buen nivel, pero, a la hora de llegar el Parejas, me ha faltado esa frescura", desgrana el manista, quien apostilla que "sé que voy a ir a más. Quiero subir en ese punto".
"Hasta ahora hemos perdido contra dos de las parejas más fuertes del panorama -Olaizola-Begino y Xala-Barriola-, pero ante ellas nos ha faltado también dar el puntillazo. Rematar", declara el de Soraluze. Y es que, en las dos primeras jornadas, la pareja de Aspe tuvo muy cerca la victoria, pero dos tacadas mortales acabaron con sus posibilidades de conseguir la victoria. "No obstante, la clave sigue estando en el estado físico que tenemos", finaliza Laskurain.