En aquella sencilla recta, rumbo a Peña Cabarga, había una rama. Bastó que aquel pequeño sarmiento se cruzase en su camino para hacer astillas las esperanzas de Igor Antón, el hombre que volaba en pos de la Vuelta Ciclista a España. Igor dio de bruces con su huesos en el suelo y en aquella caída acabó convirtiéndose en un héroe caído. Así lo han reconocido, al menos, los integrantes de la Asociación de la Prensa Deportiva de Bizkaia que preside Eduardo Castañeda, quienes ayer le coronaron con el laurel del mejor deportista de Bizkaia de 2010. A su rueda en el recuento quedó Efrén Vázquez, el jinete pálido de los circuitos internacionales de motociclismo -modalidad 125 cc.- y unos metros más allá la triatleta Virginia Berasategui; la mujer milagro, Eunate Aguirre, capaz de andar sobre las aguas a lomos de una tabla de bodyboard, y la taekwondista Elaia Torrontegi. Todos ellos acreditaban méritos...

En un acto barnizado con cuatro espectáculos -la coreografía de Judith Torralba e Igone Arribas, con la propia Igone, olímpica en Sidney 2000, Irati Larrazabal y Eva Santamariña (Sakoneta Erritmiko Taldea) como intérpretes; Arián Vázquez y Carola Solano en la percusión; una exhibición de lucha libre y grecorromana a cargo de Juan David López Aritza Larrinaga, Yera Ortiz y Gentzane Ortiz; y las paralelas acrobáticas de Ortzi Acosta que han triunfado en Las Vegas...- la sala multiusos de EITB acogió una noche marcada por la emoción. Más allá del combate estelar, la velada, dicho sea en el argot pugilístico, contó con la presencia de Vicente del Bosque, encargado de recoger el premio Bizkaia a la selección española de fútbol; Asier Arego, patrón de la Bou Bizkaia, acreedora del premio Colectivo; Juan Carlos Migoya y Rafael Eguskiza, en nombre de los viejos tiempos del Real Club Jolaseta, club que alzó el premio Leyenda; Igor Astarloa, premio Trayectoria; Demetrio Príncipe, quien ha trenzado su carrera en el Club Polideportivo Txurdinaga hasta lograr el premio Valores Humanos y el piloto de trial Jaime Busto, premio Promesa a sus doce años. Hubo, además, distinciones especiales para el Athletic juvenil, campeón de Copa; Euskalgym, un festival de gimnasia made in Federación vasca; Euskaltel-Euskadi, con Miguel Madariaga al frente; los noventa años de vida de la Federación Española de Atletismo que nació en el Club Deportivo de Bilbao -recogió el galardón su actual presidente, José María Odriozola...- y el club Sokatira Abadiño, con Edu Mendizabal a la cabeza. Fernando Llorente y Javi Martínez fueron desposeídos de sus distinciones por negarse a recogerlos.

El viejo mundo del deporte estuvo ahí, en pie ante quienes lo zarandean con el propósito de tumbarlo a golpes de desprestigio. Al fin y al cabo, decir, por ejemplo, que el fútbol son 22 mercenarios dando patadas a un balón es como decir que un violín es madera y tripa, y Hamlet, papel y tinta. Algo parecido piensan, supongo, los ayer presentes en la gala, desde el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, a la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, pasando por Miguel Gutiérrez, Luis Solar, Herri Torrontegi, Gonzalo Peña, Miguel Ángel Pereda, Koldo Agirre, el pintor Antón Hurtado, Jorge Barrie, Joseba Jauregizar, asiduo a los maratones de Nueva York, Miguel Amigó, Gabino Martínez de Arenaza, Ernesto Díaz, José Miguel Gallego, Alberto Vidal, Iñaki Duque, Pedro Mari Goikoetxea, Patxi Arteta y un buen número de invitados que vivieron de cerca una gala a medio camino entre el espectáculo de los estadios y el vértigo del periodismo a última hora.