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En el nombre de Euskadi

Elaia Torrontegi, Virginia Berasategi, Eunate Aguirre, Efrén Vázquez, Eneko Llanos y Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, estos últimos de forma conjunta, los premiados por DEIA

En el nombre de EuskadiFoto: deia

Cuando salen del vientre para visitar al mundo son como los demás: bebés, regordetes, simpáticos con sus hoyuelos y un cordón umbilical que enlaza carnalmente pasado, presente y futuro. Sus dotes todavía permanecen ocultas entre gramos de esencia pura, bruta, como el diamante sin pulir. El destino, sin embargo, aguarda exquisito tras una vida que será de plena dedicación. Esperan por delante los altares de los podios, las fotografías y los autógrafos, pero también un papel que otorga el poder de un rol social. Más allá de deportistas, de elegidos dentro de una faceta de la vida, la que han escogido, ellos son transmisores, altavoces, mensajeros que llegan a los ojos y los oídos del mundo. Emisarios que transportan unos ideales, unas habilidades y un nombre, el de Euskadi, el que pasean allá por donde pisan. Y aunque todos y cada uno de ellos, competidores, aportan su granito de arena en la difusión, DEIA ha querido en esta edición de 2010 de los Premios del Deporte reconocer con el galardón de Embajadores de Euskadi a Eunate Aguirre, Elaia Torrontegui, Virginia Berasategi, Eneko Llanos, Efrén Vázquez y Alberto Iñurrategi, Mikel Vallejo y Juan Zabalza, estos tres últimos de manera conjunta, por su labor a la hora de representar a todos y cada uno de los vascos allá por donde dan rienda suelta a sus aptitudes, por ser escaparates con orgullo de todo un pueblo que es sacado a pasear desde sus manos, puentes tendidos que acercan cada rincón a Euskadi y viceversa, autopistas de unión. Con ellos, Hawai, el Himalaya, Catar, Moscú o Venezuela están más cerca de las casas, en los televisores. Y Euskadi, en el mapa de la actualidad informativa, demostrando que puede hacer frente a las potentes estructuras deportivas estadounidenses u orientales, combatiendo contra los imperios del dinero.

La bodyboarder Eunate Aguirre (24-V-1982, Bilbao) transporta un pueblo sobre las olas. A pesar de sentir un sabor "agridulce" por reeditar su título de subcampeona del mundo de la disciplina, chica ambiciosa, ha demostrado que está cerca de alcanzar su mayor objetivo profesional. Si bien, cerrado el circuito mundial de bodyboard, se jacta de que su peor resultado haya sido un cuarto puesto, lo que la permite expresarse como una ryder "más sólida" que otrora, como dejó ver en Venezuela, donde las condiciones adversas para su surfing no la permitieron arrojar la toalla erigiéndose en vencedora de la prueba, a pesar de perder el título en favor de la brasileña Isabella Sousa. Ella es un ejemplo, un modelo para el castigado sector femenino, al igual que Elaia Torrontegui (22-II-1981, Bilbao), subcampeona de Europa de taekwondo en categoría de -46 kilos, y Virginia Berasategi (15-VII-1975, Bilbao), campeona de Europa de triatlón en la larga distancia. Todas ellas, bajo el paraguas del elitismo, abrazadas a la excelencia.

Torrontegui, campeona de España, se colgó la medalla de plata de los Europeos de taekwondo que se celebraron en la localidad rusa de San Petersburgo, después de ceder en la final ante la turca Rukiya Yilmirin por 7-4. La taekwondista, además, fue capaz de sumar, junto al equipo español, el subcampeonato del mundo a su palmarés. La selección cayó en la final ante Irán, si bien, previamente derrocó a Korea, creadora e histórica dominadora de la modalidad. Y ahí estaba el nombre de Euskadi, ocupando peldaños del cajón. Resultados que, sumados a su cuarto puesto en el ranking mundial alcanzado este curso, "no hacen sino confirmar el buen estado de forma en el que nos encontramos y resulta una inmejorable base sobre la que continuar trabajando para seguir mejorando y ascendiendo", derribando metas.

Y como envía al espacio sus cohetes la lanzadera espacial de Cabo Cañaveral se iza Berasategi. La triatleta vasca saborea un dulce momento prolongando su reinado en Europa, donde se ha erigido en campeona en la modalidad de la Larga Distancia, un título que se suma a los alcanzados en 2003 y 2009. Además, apelando a la memoria de su padre Javier, pionero en la prueba más importante del calendario de triatlón como es el Ironman de Hawai, Virginia fue cuarta allí, en un emotivo escenario que sirvió para acompañar su bronce en el Mundial de este apartado deportivo donde tanto destaca.

A esto de la pluralidad está cosido Eneko Llanos (30-XI-1976, Gasteiz), quien, como Berasategi, se proclamó campeón de europa de triatlón, pero, además, se ha embolsado en 2010 los triunfos en el Ironman de Lanzarote y en el Triatlón Internacional de Abu Dabi. Títulos que no han mejorado su cetro de campeón del mundo de Larga Distancia datado en 2003, pero que sí han permitido a Llanos completar su temporada más fructífera, la que le ha llevado a las portadas más relevantes de la atmósfera del triatlón.

Como Efrén Vázquez (2-IX-1986, Bilbao). El piloto de Rekalde sigue progresando y no para de hacerlo desde que recalara en el Mundial de Motociclismo de 125 en 2008. La ya pasada campaña ha permitido a Efrén no solo ganarse un asiento en la moto del campeón de la categoría para 2011, sino reverdecer los laureles de una disciplina que encontraba a su antecesor vasco más de una década antes, con Herri Torrontegi. El piloto ha devuelto la ilusión del motociclismo a Euskadi trayendo consigo un segundo puesto de Catar y un tercero de San Marino, englobados ambos en su quinta posición final. No obstante, lo mejor del bilbaino, según se espera, está por llegar. Su azotea está en el horizonte.

Y lejos viajan los tres últimos protagonistas para desatar sus pasiones allí donde el oxígeno escasea, en las azoteas del mundo, los ochomiles. Alberto Iñurrategi (3-XI-1968, Aretxabaleta), Juan Vallejo (29-III-1970, Gasteiz) y Mikel Zabalza (18-VI-1970, Iruñea), como equipo, consiguieron coronar el Broad Peak, la duodécima montaña más alta con sus 8.047 imponentes metros. En este escenario, la expedición, ejecutando en estilo alpino, se convirtió en la primera procedente de Euskadi capaz de abrir una vía inédita hacia una cumbre de más de 8.000 metros. Una ruta por la que solamente habían hollado uno de los techos del mundo catorce alpinistas antes que este trío de aventureros. Para más inri, hasta la fecha, solo dos expediciones (los polacos Kukuczka y Kurtyka en 1984 y los japoneses Hattori, Kitamura y Todaka en 1995) habían encadenado antes de manera consecutiva las tres cimas del Broad Peak, donde "nos encontramos con la peor nieve de nuestras vidas. Laderas muy empinadas con nieve muy profunda, nos metíamos hasta la cintura y avanzábamos braceando, con miedo de que se nos viniera todo encima. Fue espantoso", relataron, tras anclar Euskadi a la historia del himalayismo.

Todos ellos son punta del iceberg del deporte vasco, embajadores de cada ciudadano que aprovechan este espacio para agradecer a cada uno de los elementos de sus círculos que hacen posible semejantes gestas, hitos que, en el nombre de Euskadi, atraen las plurales miradas del mundo.