zalla. Obnubilados los presentes, entre ellos Mikel Beroiz, por el impacto que genera el azul eléctrico del frontón Mimetiz de Zalla en la retina y en los sentidos, Mikel Urrutikoetxea, que conocía el novedoso tinte de la cancha desde el miércoles, fijó, sin embargo, su atención a ras de suelo porque teme el comportamiento de la pelota, siempre irregular en suelos nuevos, aún si el debido desgaste para que el cuero resbale lo suficiente y no sea devorado por el insaciable apetito de la todavía rugosa brea. "Habrá que estar atentos al bote de la pelota porque el suelo está sin hacer", sostiene Urrutikoetxea, que mañana se medirá a Mikel Beroiz, campeón en curso, por una plaza en la final del Manomanista de Segunda.
Para lograr adaptarse a los caprichos de la pelota, a sus parones o cambios de dirección, resuelve el zaratamoztarra que será innegociable "hacer mucha fuerza con los pies en el suelo", anclarse debidamente para poder golpear la pelota con garantías porque "si los pies no los tienes firmes la pelota se te va abajo". Recuperado del flashazo del entorno azul, -"me he sentido raro", explica Beroiz-, el zaguero de Huarte también radiografió su inquietud respecto al suelo "porque la pelota se puede quedar en nada. He cogido bastante material por eso". Además del suelo irregular, Beroiz teme el golpe "rápido y violento" de Mikel Urrutikoetxea, un especialista en el mano a mano que gestiona una tremenda derecha. Presagian ambos un partido duro, de corte clásico, puesto que los dos se sienten cómodos jugando a bote, sobre todo Mikel Beroiz por ser zaguero.
"Intentaré aprovechar en lo posible la volea para atacar, tengo que sacarle partido", expone el delantero vizcaino, consciente del potencial del navarro, un manista tremendamente competitivo, muy duro, explosivo y cuya adaptación al profesionalismo ha sido meteórica. "Además de ganar el Manomanista de Segunda también ha jugado en el Parejas de Primera y eso no está al alcance de cualquiera en tan poco tiempo", desgrana Mikel, campeón del Cuatro y Medio de Segunda, otro manista con un espléndido futuro y un sugerente presente que, sin embargo, hace gala de un mensaje de lo más humilde y sereno. "Sólo pienso en la semifinal, en nada más. La final aún está lejos", dice con los pies en el suelo.
leiza, a por la final Otro manista que maneja un discurso sosegado es Iñigo Leiza, campeón en 2005 del Manomanista de plata, que esta noche (22.00 horas, ETB-1) en Beasain tratará de hacerse con un pasaporte para la final. Para lograrlo, el delantero de Lemoa deberá superar al guipuzcoano Aritz Lasa, un manista que está creciendo en su juego y que maneja con solvencia el juego de aire. Iñigo Leiza, que ha entrenado "más que nunca" para un partido de estas características, argumenta que se encuentra en condiciones óptimas de competir con el de Urretxu. "No puedo poner ningún tipo de excusa porque llego perfecto al partido. Otra cosa es lo que luego pase en la cancha. El estar bien de antemano no te da ningún tanto", confiesa Leiza.
No es Iñigo el único que cree que alcanza el duelo ante Aritz Lasa con posibilidades de éxito. "Está muy bien. Desde mi punto de vista es favorito para ganar el partido. Tiene mucha experiencia y es muy manomanista", recalca Iñaki Iza, botillero de Leiza, que ha visto al lemoaztarra expandirse a medida que crecía el campeonato. "Ha jugado cada vez mejor y creo que llega muy bien al partido", concreta el zaguero de Zornotza. Aritz Lasa, su rival de esta noche en Beasain, un frontón que conoce a la perfección, también sitúa al delantero vizcaino como claro aspirante al triunfo: "Iñigo saldrá de favorito y yo quiero jugar sin presión". Iñigo Leiza, por si acaso, mantiene los pies en el suelo para tratar de impulsarse a la final.