Duración 70 minutos.

Saques 1 de Olaizola I por 3 de Xala.

Pelotazos 592 pelotazos a buena.

Tantos en juego 7 de Olaizola I, 8 de Xala, 1 de Apraiz y 1 de Zubieta.

Errores 6 de Olaizola I, 3 de Xala, 5 de Apraiz y 5 de Zubieta.

Marcador 5-0, 5-1, 6-2, 8-2, 8-6, 12-7, 12-12, 13-13, 14-14,16-16,17-17, 17-20,18-20 y 18-22.

Incidencias Menos de media entrada en el Beotibar de Tolosa. De salida se cantaron posturas de 100 a 60 por Xala y Zubieta. Ejercieron de botilleros Salva Bergara (con Olaizola I y Apraiz) y Martín Alustiza (con Xala y Zubieta).

bilbao. Está tatuado en la genética de Xala, cosido a su carácter, su tendencia escapista, su falta de consistencia, sus viajes por la montaña rusa, sus cortocircuitos, sus apagones más o menos pronunciados. Ocurre que en la misma medida, baila un manista sublime cuando todo cuadra en su universo, capacitado para las grandes gestas y genial en ocasiones. De aspecto ciclotímico, un tanto bipolar, a Yves casi siempre destemplado, le resulta dificultoso el despertar de los encuentros, entrar en ebullición, meterse en faena, como si su reloj biológico funcionara con retardo. No resulta complicado retratar al lekuindarra fuera de foco en los instantes primeros, cuando las legañas le suelen maniatar, y Asier Olaizola se lo hizo saber con una arrancada demoledora: 5-0.

Sucedió que a Xala el despertador le soliviantó en pleno nudo gordiano, más allá del meridiano, cuando se trataba de decidir el futuro, y se desató con precisión de las ataduras: su intermitencia mutó en constancia suficiente en los estertores de un duelo trompicado y cerró un debate carente de fluidez, feo, tosco e igualado por lo bajo debido a lo numeroso de los errores, a la falta de tino que deja al lekuindarra y Zubieta con dos puntos en el Parejas, mientras que Olaizola I y Patxi Ruiz, que volverá el viernes en Urduliz ante Martínez de Irujo y Beroiz, se quedan con un errático triunfo en una complicadísima situación. La evitaron en el descuento Zubieta y Xala, el más eficiente cuando tocaba, en la resolución. El bien aparecido.

Bien aparecido fue también Alexis Apraiz en su debut en el Parejas como escudero de Asier Olaizola, muy activo pero desigual en su rendimiento porque a su extraordinaria cabalgada inicial cuando lideró el partido, contrapuso la deriva de los errores que impidieron un mayor vuelo del goizuetarra, que no le perdió la cara al enfrentamiento. El zaguero de Gernika completó un notable ejercicio de pelota y suplió de maravilla a Patxi Ruiz. Nadie añoró la presencia del navarro en la trastienda, una gran noticia que sitúa al vizcaino frente a un horizonte despejado a nada que se asiente y continúe su progresión. Anunció Apraiz en el Beotibar que ha llegado para quedarse. Pudo Apraiz alzar con suficiencia el peso del duelo y lanzó un mensaje de lo más nítido y convincente a pesar del pequeño bache que le sobrevino en el entreacto. "He jugado a gusto, he tenido un pequeño bache a la mitad del partido, pero luego me he visto bien", subrayó Alexis a la conclusión del partido.

gran RESPUESTA A zubieta Respondió Alexis al exigente reto de hacer frente a Zubieta, un zaguero que maneja una pegada tremenda, de las más duras del cuadro. No sólo sujetó al de Etxarri-Aranatz, Apraiz fue capaz, además, de mostrarle la serigrafía que colgaba de su casaca. Se desplegó con destreza, fue un enérgico soporte para Asier porque pegó de maravilla, con dirección y dureza. Lo padeció Zubieta, enredado porque los tacos de la derecha se le descolocaron para el segundo tanto y ya no se enderezó del todo. No gozaba Aitor, al que le costaba encontrar el pulso de su golpeo, así que Apraiz diálogo de igual a igual con él.

Atrapada la refriega en el almacén de los errores, muy presentes (19), cada pareja se alió a su material para marcar los plazos del enfrentamiento. Alcanzaron el descuento, cuando se observa el marcador restando, con todo por resolverse. Con el 17-17, tropezó Asier Olaizola. El pasaje validó el despegue final tras la irrupción del lekuindarra, que tomó el mando de las operaciones cuando el margen de error era apenas un hilo estrechísimo, suficiente empero para el bien aparecido.