La estadounidense Valerie June no es una cantante al uso, ya que, a pesar de su edad, huye del algoritmo y tiene sus raíces ancladas en la música tradicional de su país, mayormente de herencia negra. Además, su voz es tan juguetona como sensual y personal, como podrá comprobar hoy, miércoles 19 de noviembre, quien se acerque a la sala Bilborock de la capital vizcaina a partir de las 20.30 horas para escuchar su último disco: Owls, Omens and Oracles (Concord Records). Las entradas están disponibles a 19 euros.
Aunque June cuenta con dos canciones recientes, la rockera Rollin´ and Tumblin´ y la sensual Runnin´ and Searchin´, que seguramente sonarán en Bilborock, la vocalista estadounidense está de gira para presentar su cuarto disco –digamos que oficial, ya que ella se autoeditó sus dos primeros trabajos–, editado este año con el título de Owls, Omens and Oracles, seguramente su mejor álbum y tan ecléctico en ritmos y estilos como accesible y de impacto pop.
Herencia hippie
June cuenta con una voz juguetona y personalísima, sentimientos positivos de herencia hippie que remiten a la espiritualidad, la naturaleza y el poder del amor, y un hambre estilístico voraz que cita lo mismo al folk, que al soul, el r&b, el country, el rock y hasta el pop. Originaria de Tennessee y habitual acaparadora de galardones o nominaciones de diferentes estilos, incluidos los mayoritarios Grammy, June es una completa desconocida en el Estado y Euskadi a pesar de la belleza de sus discos, pura old school analógica frente al dominio del Pro Tools, el algoritmo y el autotune.
June, que en un antiguo disco de versiones rindió tributo a autores de la reputación de Nick Cave, Frank Ocean, Nick Drake, Mazzy Star y John Lennon, ha colaborado con Elvis Costello y John Prine, y hasta el mito Bob Dylan ha alabado sus canciones. En su último trabajo, que incluye temas de emoción desbordante como All I Really Wanna Do, Joy Joy!, Endless Tree, Sweet Thing Just for You y un Changed, en el que comparte micrófono con el grupo vocal The Blind Boys of Alabama, su voz heterodoxa es capaz de susurrar, gemir, sisear y acariciar con una gran dosis de píldoras medicinales cargadas de amor, dulzura, positividad y alegría de vivir.
M. Ward a la producción Además, Owls, Omens and Oracles cuenta con la ayuda a la producción de M. Ward, dueño de una carrera artística personal magnífica y no menos interesante como parte del dúo She & Him, que dota de naturalidad y sobriedad, a la vez que una visión pop, a su cancionero más reciente.
“Como vemos tanta división y polarización en el mundo, estas canciones cuestionan a los oyentes si están preparados para un planeta más armonioso y pacífico. Si en lo que nos centramos es en lo que se manifiesta, entonces, aunque no siempre estemos de acuerdo unos con otros, ¿será posible respetar nuestras diferencias y crecer juntos en lugar de crear guerras?”, se pregunta la vocalista estadounidense.
Su mensaje positivo se advierte desde la canción que abre su último disco, titulada Joy, Joy!, es un acto de resistencia personal, ya que la cantante estadounidense suele asegurar en sus entrevistas que no es una persona particularmente feliz y optimista, por lo que se ve obligada a enfrentarse a su conducta, como autoayuda, y practicar la alegría de forma activa.
“Encontrarás esa alegría en tu alma… existe esa luz que puedes encontrar si te tomas el tiempo necesario”, canta en su glorioso estribillo, coloreado por una música negroide con un solo de guitarra distorsionado y de fondo rockero coloreado por violines.