El Museo de Bellas Artes sigue empeñado en compartir con la población de Bizkaia sus tesoros artísticos. No quiere que haya excusas para no poder disfrutar con algunos de los cuadros que cuelgan de las paredes de la pinacoteca. Hay mucho para enseñar y hay mucho que aprender. Ese es otro de los objetivos de esta Ruta del Arte, iniciativa puesta en marcha en plena pandemia –allá por el año 2020– para sugerir viajes a distintos lugares y momentos, revelar las miradas artísticas y personales sobre mujeres o niños –como ya se hizo en 2022 y 2023, respectivamente– y, al mismo tiempo, exhibir parte de su rico, distinto y entretenido fondo pictórico.
La edición de este año, la sexta, ha sido generada exclusivamente en base a criterios de inteligencia humana. Se ha optado por estructurar bajo una única palabra todos los paneles de reproducciones que recorrerán durante los próximos meses una treintena de localidades de Bizkaia. En concreto, el hilo conductor de las 38 obras será Historia. Porque detrás de cada una de esas 31 imágenes seleccionadas hay alguna, conocida o no, pero merecedora de ser rescatada. Antiguas o modernas. Reales o ficticias. Cercanas o lejanas. Todas tienen ese poder para despertar la curiosidad en las calles y plazas donde serán expuestos estos modernos monolitos. Hasta el día 12 están en la Gran Vía bilbaina.
Esta nueva propuesta de La Ruta del Arte BBK ofrece “un recorrido heterogéneo y plural por el arte occidental con autores que a lo largo de la historia se han inspirado en fuentes literarias de diversa naturaleza y origen”, detallaron desde el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En resumen, diferentes artistas, épocas y técnicas –pintura, collage, acuarela, escultura, cartel, fotografía y vídeo–, en esta nueva oportunidad para acercarse a la cultura.
“Indudablemente, el libro más difundido de la historia, la Biblia, ocupa buena parte de la selección de esta edición, con representaciones de relatos y protagonistas del Antiguo y Nuevo Testamento”, anunciaba el conservador de Arte Antiguo del museo, José Luis Merino Gorospe. Junto a las abundantes escenas religiosas –entre las que se podrá ver el Sueño de Jacob (1982) de la bilbaina Mari Puri Herrero– habrá otras que representan las vidas de santos, como el collage de estética pop con firma de Andrés Nagel sobre San Sebastián.
Nombres y escenas como las del arca de Noé, Sansón y Dalila que forman parte del imaginario colectivo, como también han pasado a la historia los de Juana de Arco o la actriz Marilyn Monroe. Porque sí, la tentación rubia también tendrá su monolito gracias al cartel confeccionado por Dorothea Fischer-Nosbisch en 1960. “La literatura y los libretos han sido sobradamente contemplados por la pintura y, de este modo, entendemos el lienzo Tristán e Isolda (La muerte) (1910), en el que Rogelio de Egusquiza deja constancia de su admiración por la obra del compositor alemán Richard Wagner. A su vez, el pintor bilbaino Anselmo Guinea se contagia en su Idilio en Arratia (1889) del amable mundo que reflejan los célebres cuentos de su paisano Antonio Trueba”, apostillaba Merino Gorospe.
Por último, la ruta recoge también historias de intimidad en las que las artistas exponen la complejidad del yo contemporáneo utilizando su propia imagen como soporte de fotografías y audiovisuales. Es el caso de Ana Laura Aláez y los dos fotogramas de su vídeo Mariposas (2004) y de la fotografía Variation sur la même t’aime (1992) de Itziar Okariz.
Las localidades
31
Bilbao, Barakaldo, Santurtzi, Karrantza, Güeñes, Portugalete, Trapagaran, Abanto-Zierbena (Las Carreras), Balmaseda, Getxo, Plentzia, Bermeo, Mundaka, Bakio, Gorliz, Gernika, Busturia, Turtzioz, Gamiz-Fika, Sestao, Gordexola, Artea, Ugao-Miraballes, Etxebarri, Basauri, Amorebieta, Artzentales, Sopuerta, Berriz, Markina y Durango.