Guerra sin cuartel entre Last Tour, la promotora bilbaina que, entre otros, organiza BBK Live Festival, y la Sociedad General de Autores (SGAE). La asociación gremial ha denunciado a Last Tour por no haber abonado las cantidades derivadas de los derechos de autor de tres ejercicios, desde 2022 a 2024: más de cuatro millones de euros de los que la mitad corresponden a los dos conciertos de Taylor Swift en Madrid.
La respuesta de la promotora no se ha hecho esperar y horas después ha anunciado la presentación de otra demanda judicial, en este caso, por sus "tarifas abusivas". El conflicto pasa a otra dimensión y se complica definitivamente. Sin que se vislumbre la posibilidad de un acuerdo.
Demanda civil
En concreto, la promotora debería, según asegura la SGAE, 2 millones de euros a Taylor Swift y otros 2 millones de euros al resto de grupos y autores que han participado en sus eventos. "Hemos agotado todas las vías posibles y no ha habido más remedio que poner esta demanda para tratar de que los autores puedan cobrar los derechos que se les debe", explican desde la SGAE para después puntualizar que se trata de una demanda civil, una "reclamación por infracción de los derechos de autor".
Otros de los artistas afectados por la promotora son Leiva, Amaia, Love of Lesbian, Dorian, Camilo, Juan Luis Guerra, Rigoberta Bandini, Simple Minds, Sting o Still Corners. También figuran Los Planetas, Sen Senra, María José Llergo, Melenas, Arde Bogotá, o Cala Vento, entre otros. Además, hay más de 50 artistas y alrededor de 300 autores vascos afectados.
"Tarifas abusivas"
"SGAE intenta imponer su tarifa abusiva y, si no lo logra, plantea una ofensiva realmente agresiva, siendo consciente de que cuenta con ingentes recursos para emprender una batalla judicial", criticada por su parte Last Tour. En un comunicado, Last Tour afirmado que no se opone al derecho de autor, ni al pago de la remuneración "equitativa" correspondiente a los titulares de derechos, sino que rechaza la tarifa de SGAE y las prácticas de la entidad de gestión, "cuya inadecuación ya ha sido confirmada en el pasado".
La postura de la promotora se basa en el carácter "abusivo" de la tarifa de SGAE, lo cual "queda especialmente patente en el caso de los conciertos de Taylor Swift en Madrid, a los cuales SGAE pretende aplicar una tarifa del 8,5%, mientras que la tarifa que se aplica en el país de origen de la artista se limita a un 1,15%".