“Todas las canciones son mentira”
La gira con la que el músico madrileño festeja sus 40 años en la música llega este jueves 6 de marzo a Bilbao, a Euskalduna
Coque Malla vuelve a salir a la carretera en 2025 para festejar su cuadragésimo aniversario en el mundo de la música y hacer un repaso tanto a su obra en solitario como a la que lideró con Los Ronaldos. Este jueves 6 marzo actuará en Bilbao, en Euskalduna Jauregia, a las 21.00 horas, y no estará solo, ya que le acompañarán como invitados Valeria Castro, Fito y Mikel Erentxun. “Todas las canciones son mentira”, explica en esta entrevista, en la que anuncia un espectáculo con “teatro, cine, magia, oscuridad, luminosidad, fiesta y rock´n´roll.”.
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Sí, toqué en Santana 27 y creo recordar que fue el último concierto que ofrecí sentado. Al siguiente, en Valladolid, ya no la llevé
Cuando le tratan de mito, leyenda o icono, le entra la risa. ¿No es falsa modestia? Estará orgulloso de su trayectoria.
Orgullo sí tengo, pero… No soy de echar la vista atrás, soy un currante patológico y mi cabeza hierve siempre. Y no lo digo para sacar pecho, ya que resulta agotador. Por ejemplo, me resultó un trabajo brutal preparar el concierto de la gira en Madrid, en el Movistar Arena. Fueron muchos detalles y como soy obsesivo quiero estar encima hasta del último tornillo y la tela del escenario.
Otros delegan.
Claro, yo no; y no es una crítica. Suben al escenario de manera más bohemia y dejan esas cosas a otras personas. Ahora estaba medio de vacaciones porque los conciertos, ya preparados, con la gira y el repertorio en marcha, son vacaciones para mí. No es trabajo coger la furgoneta e ir por ahí. Eso sí, no puedo evitar que se me empiecen a ocurrir proyectos para el futuro.
Ni mito, ni icono, ni leyenda, entonces. ¿Un currante?
Sí, sí. Mi cabeza ocupada en esos proyectos no me permite ponerme a pensar en las ideas que citas. Con eso no se trabaja, no sale una canción. El material de una canción es otro, no recrearse en qué has logrado. Me siento más un trabajador, un artesano lleno de cosas que hacer.
Su carrera no ha sido fácil al estar marcada por la inquietud, no ponerse límites, explorar estilos, arreglos...
Tienes razón, pero siempre de forma muy natural. No ha existido obsesión por cambiar de estilo. Es que me influyen mucho las cosas que escucho, soy muy esponja sobre lo que me impacta musicalmente. Mis búsquedas han sido muy instintivas siempre, no con el objetivo de cambio sin más. Nada analíticas.
Algunos músicos dicen que no oyen a otros para no dejarse influenciar.
¿En serio? Me cuesta trabajo creer que alguien cree de la nada, sin influencias. Es otra manera de verlo, pero no creo en ello. El arte se basa en eso, en que los artistas se empapen de lo que ven en otros compañeros y en los que les pasa a sí mismos. Esos son los dos materiales principales, al menos en mi caso.
¿Necesitó estabilidad como artista en solitario para reconciliarse con Los Ronaldos?
Seguramente, pero sin ser nada calculado. Al sentir que mis conciertos se llenaban mientras se descubría mi música, no me suponía tanto… (duda). Es que hubo un proceso en el que los dos repertorios fueron cobrando sentido juntos a base de tocarlos. Hubo un tiempo en el que hacer mi repertorio y tocar un tema de Ronaldos era como hacer un Cristo con dos pistolas. Por cómo tocaba y eran aquellos discos míos. Con el tiempo han ido encajando las canciones y no rechinan. Ni siquiera ahora hago un bloque Ronaldos, sino que empiezo con una del grupo, en mitad hay otra y una última al final. Es un proceso, al principio tenía que defender mi posición artística y no tirar del pasado. Y luego estaba el encaje sónico entre ambas etapas.
‘Adiós papá’ reflejaba su momento juvenil y efervescente, y el último disco, ‘Aunque estemos muertos’, habla de madurez, miedos y muertes.
Claro. En esta gira sobre estos últimos 40 años tiene todavía más sentido rescatar canciones de Los Ronaldos y de todas mis épocas en solitario.
En el último disco asegura que no es un místico. ¿Los pies bien asentados en la realidad?
Bueno, esto es todo mentira. Las canciones son mentira, tienen una parte real y otra de lo que me a mí me gustaría. Ojalá fuera yo el que proyecto en las canciones exactamente. Sería maravilloso, pero las canciones son sueños, son inventadas y, por tanto, son mentira. Sí parten de un sentimiento real, así debe de ser porque me interesa más el arte abstracto que el documental o autobiográfico.
¿Ficción que parte de sentimientos propios?
Sí… y no. Hay canciones, historias y narraciones que son producto de la imaginación y con las que se puede ir muy lejos, hasta la ciencia ficción y los extraterrestres.
No es el caso de las del último disco. Hace 30 años no sobre la muerte.
Tienes razón. En el fondo de cualquier obra de arte la muerte está presente, en cualquiera que merezca la pena. Es que está ahí siempre en nosotros, es parte de la vida.
¿Qué veremos en el concierto, incluye esas escenografías teatrales que tanto le gustan?
Es un compendio logrado y casi perfecto de lo hecho hasta ahora; especialmente en el escenario. Aparecen ahí todos esos espectáculos que he planteado, los más funky, los teatrales, los rockeros, los tristes y los oscuros. Y con una producción de postín, la que necesito para generar esa cosa hipnótica y teatral, cinematográfica y existencial con la incorporación de los visuales fantásticos de Miquel Rayó, que lo subliman todo. Le pido algo y me lo entrega como si se hubiera metido en mi cabeza. Hay una mezcla de teatro, cine, magia, oscuridad, luminosidad, fiesta y rock´n´roll. No hay mucha gente haciendo algo así; no digo que sea mejor o peor, pero es un tipo de espectáculo con tantos elementos extramusicales que es poco habitual.
Con motivo del 40º aniversario ha grabado varias canciones con colegas. ¿Se ha planteado hacer otro disco compartido?
No, quería tres perlitas, tres regalos con Dani Martín, Rulo, Leiva y Dani Fernández. Además, tengo los discos Mujeres e Irrepetible, ambos compartidos. De lo que tengo ya ganas es de un disco nuevo y de dejar atrás la nostalgia, las celebraciones y los aniversarios.
Para el disco anterior llegó a tener 200 esbozos en el móvil. ¿Y ahora, hay ya material?
No tantos, pero algunos sí. Habrá que esperar al 2026.
¿La música y las canciones le siguen arrancando el corazón?
Claro que sí, algunas. Es difícil encontrar algo así, pero aparece a veces. Descubrimientos musicales recientes no he tenido, al menos de esos que te vuelan la cabeza y te trastocan. El último fue The Smile, el grupo paralelo de Radiohead, que me siguen volando la cabeza y parece que tienen cuerda para rato.
Si estuviera usted a este lado de la entrevista. ¿Qué se preguntaría?
Ufff. ¿Quieres acabarla? Es que preguntarse a sí mismo es muy complicado. Agur.