El Museo del Prado ha logrado reunir por primera vez ocho de los nueve cuadros pintados por el Greco para el retablo del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, que causó admiración en su época, y que se dispersó a partir de 1830 con sucesivas ventas, expropiaciones y expolios.
El museo ha logrado reunir de nuevo en su práctica totalidad todos los cuadros gracias a préstamos de diversas instituciones, coleccionistas privados y la congregación religiosa del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo, de modo que tan solo falta un cuadro que pertenece actualmente al Museo Hermitage de San Petersburgo, Rusia, y “por motivos obvios” no ha sido posible incluir en la exposición.
El Greco. Santo Domingo el Antiguo, que se podrá visitar hasta el próximo 15 de junio es una muestra “deslumbrante”, que reúne las obras del primer encargo que recibió el Greco a su llegada a España en 1577 y que conforman un conjunto monumental que “inspira recogimiento”, señaló la jefa de Colección de pintura española de Renacimiento del Prado y comisaria de la muestra, Leticia Ruiz.
Durante los siglos XVIII y XIX, estas obras fueron valoradas como “lo mejor de el gran Greco” y no sería hasta principios del XX cuando se “redescubre” al Greco y se comienza a apreciar la etapa más tardía del pintor gracias a la admiración que despierta en los pintores de las vanguardias. La dispersión comenzó con la venta, en 1830, del gran cuadro central del retablo y continuó con sucesivas ventas hasta 1961.