Dos años después de Post morten, la rapera navarra La Furia regresa con un disco nuevo, Ultra (Baga Biga), un cuarto trabajo que ofrece un repertorio bilingüe y ecléctico en ritmos con varias colaboraciones y que se abre cada vez más al euskera. “No tengo miedo, no tengo nada que perder”, se oye rapear a esta artista de profundas creencias feministas que le sigue plantando cara al heteropatriarcado y al capitalismo.
El disco, que se ha presentado este mediodía en Bilbao, en La Sinsorga Kulturgune, cuenta con tres colaboraciones, las de Rebeca Lane, Aiert y Odei, y se ha grabado y mezclado entre Arrasate, su lugar de residencia, Zaragoza y Madrid. “Nire izena da Nerea…”. Así abre el álbum “la puta Furia” (Nerea Lodón, Cascante), quien apuesta por ir introduciendo el euskera en su repertorio pero sin renunciar a su ideario de siempre: “no sé mentir… yo me enfrento a quién sea”, lanza en Promenade.
Así sucede en varios temas bilingües y en la exclusivamente euskaldun Ziertzoa, que “explora la identidad y las fronteras”, tanto físicas como emocionales de la propia artista, a la vez que reincide en otros ya expresados como el deseo o novedosos como la melancolía y la tristeza. “Me voy moviendo, voy viviendo y lo que hago se mueve conmigo. Lógicamente lo que sale de una tiene que ver con los lugares vitales que atraviesa”, explica a Grupo Noticias.
Por ello, Ultra, tal y como avanzaban singles como Erro y Promenade, profundiza más que nunca en las raíces de la artista en la Ribera de Nafarroa y su relación con Euskal Herria, ya que el uso del euskera avanza como medio de expresión en el repertorio en un proceso que se entiende como “un gran ejercicio de reacercamiento” al idioma vasco.
“Sé enfadarme y mostrarlo, eso lo manejo, pero escribir desde otros sentimientos o estados ha sido algo novedoso para mí, y en ocasiones difícil de abordar. Lo hago y lo seguiré haciendo porque pretendo acercarme a la creación de forma honesta y comprometida conmigo y con el resto. Y porque me gusta el reto. Y también porque si no, sería aburridísimo”, apostilla la rapera. “La zorra está viva”, rapea esta joven artista y madre que defiende “el feminismo de los hechos” porque “las palabras sin actos no crean, solo confunden”.
Ocho canciones
Ultra es un disco que incluye ocho canciones en las que no existe miedo a escribir, cantar y rapear, entre la rabia y la ternura, a la vulnerabilidad, la muerte, el amor o el rechazo, y la navarra lo hace desde la alegría, la superación de los dolores y un contexto musical más ecléctico que nunca, donde sí, sigue habiendo rap, pero se combina con ritmos electrónicos y otros acústicos y orgánicos.
Mientras en Pobre cancioncita mía La Furia cita a los aires melódicos de la canción de autor y guitarra acústica, en otros cortes se lanza sin red a los ritmos electrónicos y al techno, sobre todo en Ziertzoa, al rap más ortodoxo en el caso de la compartida Erro y hasta el reggaetón en Gasolina, donde se oye “si quieres comerlo rico, pues cocina” antes de un nuevo dardo a una industria que “prefiere un bailecito mamón” en TikTok a la experiencia de la calle y 10 años de escenario. Y antes saca las uñas para criticar “la ley del money… el money es quien hace la ley” en la canción Han matado el arte.