Los conciertos al aire libre han cerrado este viernes el encuentro internacional de Industria Musical BIME, que ha reunido en esta última edición en la capital vizcaina a más de 4.500 asistentes profesionales en torno a una completa programación con las voces clave de la industria. El congreso BIME, dirigido a los profesionales del sector, se ha celebrado en Bilbao desde el pasado martes, en varios escenarios, incluido Euskalduna Jauregia.

Pero este viernes fue el turno de la música en la calle con dos escenarios situados en el Paseo de Uribitarte, San Miguel y San Miguel OnAir, frente al Ayuntamiento de Bilbao. Por ellos pasaron artistas como Depresión Sonora (17.00 horas ) , el cantante de trap Juicy Bae (17.55 horas ), Melenas (18.50 horas),que acaban de lanzar nuevo disco, Rattlesnake (19.45 horas) o El Columpio Asesino (20.40 horas). Los conciertos, que eran gratuitos, atrajeron a numerosas personas.

El encuentro profesional BIME Pro regresó también a Bilbao desde el pasado martes hasta el jueves para atender cuestiones de actualidad como los retos que supondrá la inteligencia artificial para la industria musical o las limitaciones que el feminismo aún afronta en este sector. Las posibilidades de los artistas estatales para crecer a nivel global en un momento en el que la música en español está en máximos históricos en cuota de mercado o los 40 años de carrera de una figura clave para el rock radical vasco como Fermín Muguruza fueron otros de los muchos asuntos que ocuparon las tres jornadas de la duodécima edición de esta feria. No fue el único nombre familiar que participó, ya que en sus numerosas ponencias y charlas también estuvieron presentes figuras como María José Llergo, Kase.O, Albert Pla, María Terremoto, Ángeles Toledano o Pablo Benegas, miembro de La Oreja de Van Gogh.

La IA, a debate

La industria musical, reunida en el BIME, abordó uno de sus grandes debates actuales: abrazar la inteligencia artificial “como la gran revolución que le salve de su propia obsolescencia o cercarla para evitar la sentencia de muerte de la creatividad”. “Todas las personas que hoy trabajan en esta industria se van a topar con IA y la mayoría van a usarla”, pronosticó en uno de los coloquios el argentino Nicolás Madoery, director de FuturX, centro de I+D sobre la intersección entre música y tecnología. Él apostó por asumir esa inevitabilidad e “involucrarse más con los ecosistemas tecnológicos, generando plataformas con entrenamientos transparentes de IA y usos éticos de los contenidos” con los que la alimentan.

Santiago Sanmiguel, consejero general de la plataforma One RPM, habló de uno de los casos más fraudulentos, al citar cuando un usuario de IA generó millones de canciones, las distribuyó por plataformas y usó IA también para crear robots que a su vez las reprodujesen, generando más de 10 millones de dólares. “A mí no me preocupa como abogado que alguien incorpore a su canción un efecto de producción con IA; tampoco creo que aún se esté haciendo música de calidad para competir con los músicos: la hace más rápido, pero no necesariamente mejor”, subrayó antes de destacar que lo importante sobre todo “es el mensaje que se quiere transmitir”.