Nadie sabe quién es, pero al comprador del Ecce Homo de Caravaggio –que, como adelantó ayer este periódico, se exhibirá en el Museo del Prado durante nueve meses desde el próximo 28 de mayo– se le presupone una alta capacidad adquisitiva. Y es que, de acuerdo con Jorge Coll, CEO de galería Colnaghi, de no haber sido declarado Bien de Interés Cultural, el óleo podría haber alcanzado un precio de mercado de más de 100 millones de euros.

Es en esta galería donde ha residido la obra del italiano desde su descubrimiento en 2021. Hasta ahora pertenecía a los hermanos Pérez de Castro, cuyo deseo era exhibir el cuadro en diferentes pinacotecas para que el público lo pudiera disfrutar. Y el nuevo dueño (cuya identidad no se ha querido desvelar, aunque es vox populi que se trata de un filántropo residente en el Estado) lo va a respetar.

Eso sí, según el CEO de Colnaghi, otros potenciales compradores no parecían estar por la labor de compartir la obra con los espectadores, por lo que la transacción se dilató hasta 2023, cuando al fin consideraron que el actual propietario de la obra tenía un perfil adecuado. En ese sentido, celebra que este préstamo con el Prado hasta octubre es una solución que satisface a “todas las partes implicadas”.

“Podrá ahora mismo estar nueve meses en el Prado, pero la idea es que siga estando expuesto al público y habrá más noticias más adelante”, añade Coll, quien también recuerda que es un BIC (Bien de Interés Cultural) y que no puede sacarse del país. Además, cada vez que cambie de manos el Gobierno español tiene derecho de “tanteo” y de “retracto”.

El Ecce Homo, que fue realizado por Caravaggio, uno de los máximos exponentes del arte barroco de la contrarreforma entre 1605 y 1609, representa un pasaje de la pasión de Cristo recogido en el Evangelio de Juan. Concretamente, el instante en el que Poncio Pilatos –gobernador romano de Judea– presenta a Jesús al pueblo con las palabras ecce homo, es decir, “he aquí el hombre”. Los historiadores del arte afirman que es un buen ejemplo de la maestría de su autor en el proceso de concepción. Pone de relieve “una ágil composición”, que presenta una escena tridimensional y dinámica, pionera en el ámbito de la representación iconográfica del siglo XVII. Desde el próximo 28 de mayo (y hasta el mes de octubre) se exhibirá de manera temporal en el madrileño Museo del Prado, fruto del acuerdo de cesión que la pinacoteca ha firmado con Colnaghi.