El cantante y actor vizcaino Asier Etxeandia inaugura la gira 2024 de su proyecto musical Mastodonte, que comparte con el multiinstrumentista italiano Enrico Barbaro, este sábado en Barakaldo Antzokia, a las 20.00 horas. El nuevo espectáculo se denomina Belleza y perdón, incluye canciones nuevas como La verdad y se presenta como “un viaje confesional” con guiños al cabaret y al circo. “Si te dedicas a esto, al arte, es porque algo te arde dentro”, explica el vizcaino, para quien “la música es mi amor, mi vida y mi pasión”.

Hay que ser kamikaze para actuar aquí dos horas antes del partido del Athletic. Eso o no ser muy futbolero, claro.

A ver, cariño, nosotros también podemos celebrar. No, esto coincidió así, nos dimos cuenta después. Vamos a hacer lo posible por terminar el concierto antes de las 22.00 horas para que la gente pueda ver el partido. También para nosotros es potente ganar la Copa.

Primero concierto y luego triunfo del Athletic. Puede quedar una noche bonita.

A ver si vemos el partido y celebramos doblemente. ¡Puede ser la hostia!

Al final, aquel adolescente que quemaba noches en Bilbao, ha podido también dedicarse a cantar. Sueño cumplido ¿no?

Bueno, sigo quemando noches ¿eh? En Bilbao, Madrid o donde me pille si tengo ganas. Por dentro sigo siendo un chaval, igual de pavo (risas). Y lo del sueño… sí, es verdad, tampoco sé hacer otra cosa.

Bueno, también es actor.

Es un poco lo mismo, ya que me considero artista. Bueno, un zapatero también lo es. El oficio de la interpretación y la creación es lo que me ha movido siempre desde pequeño. Fui un fracaso escolar, nunca tuve interés en otra cosa y me salvaron la música, el teatro, el cine, el arte… A ello me he querido dedicar siempre y a ello puse todo mi objetivo. Además, he encontrado a las personas adecuadas, como en el caso de Enrico para crear Mastodonte, un proyecto de ambos.

¿‘La verdad’, el nuevo single, es la canción sobre la que pivota el espectáculo actual?

No, tiene poco que ver con el resto del segundo disco, que vamos a ir adelantando poco a poco, lanzando singles como una vez al mes. Al final, se entenderá como el primer álbum al oírse completo. Hay en él una gran variedad de estilos y se podrá comprobar en los conciertos.

¿Qué se puede adelantar de las canciones nuevas?

Estamos en un periodo de nuestras vidas en el que acabamos de pasar bastantes cosas jodidas, no solo personales, ya que vivir de la música en este país no es nada fácil. Y si no encajas en lo que se lleva o no quieres encajar porque buscas tu propia identidad, todavía más. Y luego está la pandemia, que somos un dúo independiente que producimos todo nosotros… Hemos pasado por lugares en los que hay mucho que hablar, rondamos los 50 años, hemos pasado por todas las tribus… El resultado es un disco maduro y reflexivo, y queremos seguir dándole importancia al show, la performance y el directo. Amamos el directo porque es un ritual sagrado muy necesario en estos tiempos de máquinas y apariencia.

La importancia de compartir en el escenario ¿no?

Buscamos transmitir, lanzar preguntas, reírnos de nosotros mismos y apretar los resortes de la gente y que salga motivada después del show para creer más en sí mismos. Y, sobre todo, decir la verdad, no aparentar. Estamos cansados de aparentar y por eso el disco habla de la búsqueda de la verdad, la belleza y el perdón. Eso se descubre con la edad.

Puede que la puerta esté abierta siempre, pero la casa musical de Mastodonte no es para todos los oídos.

Somos exigentes con nosotros mismos siempre y nos da igual lo que se lleve. Nos fijamos mucho en lo que queremos y tenemos un gran síndrome del impostor (risas). Buscamos que sea lo más maravilloso posible la preparación de show que meditamos y cuidamos mucho, de los detalles de luces al sonido, vestuario, atrezzo, acciones, movimiento y tempo. Y no subestimamos al público porque, ya que paga la entrada, queremos que viva una experiencia especial. Es lo que buscamos vivir al ir nosotros a un espectáculo del tipo que sea, ya que nos gusta de todo. No tenemos un estilo propio.

Si Mastodonte es hijo de sus influencias, les imagino oyendo todo tipo de música, sin prejuicio alguno, del pop al rock, la electrónica, jazz, música latina…

Lo importante es la que la música sea de verdad, da igual el estilo.

El nuevo disco tiene mucha diversidad de estilos. Le damos importancia a que la música vista la letra y lo que queremos contar. Y algunos estilos van mejor con un discurso u otro. En el segundo disco hemos sido algo más orgánicos, compuesto canciones con guitarra acústica y menos programaciones y electrónica en algunos temas. A pesar de ello, el sonido es impactante y con fuerza hasta en las baladas. Bueno, con la voz de Asier y su fuerza interpretativa… ¡Tenemos power! (risas).

Yo diría que es un disco bastante confesional. Se llama Belleza y perdón, y el primer single es La verdad porque estamos con la necesidad de desnudar lo que nos pasa; y si uno está jodido, lo dice.

¿Cuestionarse (casi) todo lo impuesto es parte de su ADN?

La obligación del artista es cuestionarse continuamente el tiempo en el que vive y qué quieren contar. La obra se dirige al otro. Puedes hacer canción frívola si es tu decisión, pero si te dedicas a esto es porque algo te arde dentro.

Nos mienten mucho, pero también lo hacemos a nosotros mismos ¿no cree?

Pues sí, es fácil en esta sociedad de cara a la galería y con redes sociales comportarse para ser aceptado. Hay miedo a ser rechazado y a ser uno mismo. Es una lucha jodida, no nos lo ponen fácil. Nosotros siempre hemos usado la música como terapia para soltar esas cadenas y ser lo más auténticos posible. Es como una expiación, no conviene engañarse a uno mismo; y al público es imposible, se da cuenta de todo. Tienes que ser honesto si subes a un escenario.

Canta que “no somos tan libres como nos quieren hacer creer”.

Efectivamente, yo el primero porque tengo mucha teoría y hablo de cómo debería ser la vida, pero en la práctica soy nulo. Todo sabemos lo que hacer, pero también está bien equivocarse. No pasa nada, esa presión de la perfección es lo que nos mata. Es como un fascismo emocional constante.

¿Cómo van de miedos e inseguridades? ¿Son ya menos pesados con Mastodonte?

(Risas). Vamos a tope, subiendo nota.

Bueno… nos queda el baile.

Por eso nos dedicamos a esto. Es una expiación, un auto castigo. No, en serio, lo disfrutamos.

Y nos queda el roce.

El roce hace el cariño. ¿La fricción, te refieres a follar? La fusión de cuerpos y pieles es muy importante, sí. Puede parecer una frivolidad, pero tienes mejor humor. Me parece bien sacar el tema (risas).

En esta gira serán un quinteto ¿no?

Aparte de nosotros dos va un batería, un guitarra y un multiinstrumetista, además de la novedad de tres coristas, actores, bailarines… Son como una prolongación de mí mismo. Le dan al show un mundo más performático y teatral.

Y sonarán más canciones nuevas, imagino.

Sonará no solo La verdad, sino todo el segundo disco, que no se publicará hasta Navidad. Quien quiera escucharlo entero tendrá que venir de gira con nosotros. Y habrá temas del anterior también.

Para finalizar Asier, ¿ha aparcado su faceta de actor y se centrará en la música este año?

No, imposible, en este país no se vive de la música si no eres Rosalía o Vetusta Morla. Sigo trabajando como actor, haciendo series y cine, todo lo que puedo para poder pagarme la música (risas). No es una afición, es mi amor, mi vida y mi pasión. Soy capaz de hacerla gratis. Por cierto, ¡aupa Athletic!