ARCO echó ayer domingo el cierre a su 43 edición. La feria de arte contemporáneo mantiene sus cifras respecto a 2023, con cerca de 100.000 visitantes, ha cumplido con las expectativas de ventas y se ha convertido en la primera edición paritaria con una fuerte presencia de mujeres artistas. “Es un orgullo para esta feria y creo que se nota, se respira y se percibe en los stands”, se felicitó su directora, Maribel López, sobre la presencia de mujeres artistas en la feria. La cifra se sitúa en un 43% del total y, según la normativa vigente, por encima del 40% de presencia femenina se considera paritaria.

La presencia de mujeres ha ido creciendo progresivamente, muy lejos del 19% de 2018. ¿Espera continuar creciendo en este sentido? López confía en que la cifra se mantendrá o se superará, gracias a la lógica y al compromiso de las galerías, explicó.

La feria ha contado este año con artistas de vanguardia como María Blanchard, coetánea de Juan Gris; piezas de Aurelia Muñoz –su obra está en el MOMA–, o de jóvenes como María Pratts y Teresa Solar. También se ha podido ver el trabajo de fotógrafas como Ouka Leele o Colita, la videoartista Marina Muñoz y veteranas artistas geométricas como Elena Asins o Elena Bosshard, cuyo legado había desaparecido por completo y ha encontrado el galerista José de la Mano.

Durante cinco días coleccionistas, expertos, galeristas y público de todo el mundo se han acercado a ver las propuestas de 205 galerías, de las que más de la mitad –un 65%– llegan de fuera del Estado español. “Las galerías están muy contentas, los primeros días, que son los días de profesionales estuvieron muy activos”, afirmó la directora de la feria, que consideró que ha sido una edición “muy emocionante”.

López no pudo ofrecer la cifra del volumen de ventas, aunque sí apuntó que las instituciones han hecho un esfuerzo extra, como es el caso del Museo Reina Sofía, que ha sumado 150.000 euros a los 400.000 que cada año emplea el Ministerio de Cultura en comprar obra y este año ha superado el medio millón de inversión. “Han comprado 30 obras de 22 artistas, 17 de ellas mujeres, muchas españolas y también latinoamericanas”, añadió. “Eso es muy importante”. Muchas veces la feria, explicó, sirve para iniciar un proceso de negociación que se cierra meses después, especialmente con “las piezas de más envergadura, de más precio”. “El balance de una feria que se celebra hoy en día se debía hacer a los 6 meses”, argumentó.

Iva cultural

La directora de la feria no quiso desaprovechar la ocasión de asumir como propia la petición de los galeristas de bajar el IVA que se aplica a la compraventa de obras de arte (21%), una petición histórica que el sector ha querido resaltar este año.

La aplicación de una normativa europea permite al Estado español reducir una serie de tipos impositivos, entre ellos el de compraventa de obras de arte. “Es algo muy importante para la feria. El mercado crecería, sin duda, pero también cambiaría muchísimo la percepción de que es un bien cultural”, argumentó. “Todos los que nos dedicamos al arte sabemos que estamos trabajando con un bien cultural de primera necesidad. Cada una de estas obras que alguien compra es un legado para el futuro”.