Revelar la esencia de la canción. Ese fue el objetivo de Bakarka (Elkar), el disco que Ruper Ordorika publicó en 2018 y en el que recuperó joyas de su ya longeva discografía grabándolas en solitario, con la única ayuda de su voz y guitarra. Este viernes 1 de marzo editará la continuidad de ese trabajo, Bakarka bi, al que seguirá una gira en la que se subirá a los escenarios sin sus Mugalaris habituales.

El 1 de marzo se lanzará el nuevo álbum de Ruper Ordorika, Bakarka bi, que será la continuación de Bakarka, proyecto publicado en 2018. Casi seis años después y tras la publicación del disco conmemorativo en directo de su debut, Hautsi da anphora, y de su último trabajo de estudio, el ligado a Cuba Amour eta toujours, el cantautor de Oñati ha decidido dar continuidad a su proyecto en solitario con el rescate, en formato íntimo y en solitario, de parte de su repertorio.

Bakarka bi contará con una docena de canciones de su discografía en un formato “sin artificios” y que le permite a Ordorika “revelar la esencia de la canción”. Si en el inicio del proyecto rescató clásicos de su obra como Martin Ugalde, Fas fatum o Ene begiek, en esta ocasión ha elegido otra no menos hermosas como Erruduna, Zindu amaite du ho o Zalkida arrez.

Los dos trabajos en solitario de Ordorika han sido grabados, mezclados y masterizados en el estudio Mamia de Azkarate, por su hermano Jonan Ordorika, que falleció en agosto de 2023. Este será el primer disco que publica sin la ayuda técnica de su hermano, productor y técnico de sonido de larga trayectoria y que ha colaborado con artistas como Anari, Gari, Petti o Gorka Urbizu, entre otros.

A palo seco

A la publicación de Bakarka bi le seguirá una gira en solitario de su autor a lo largo de 2024, sin ayuda de sus Mugalaris. “Me encanta ver a los músicos que me gustan a palo seco porque las buenas canciones superan todas las adversidades”, justificó en su día el proyecto el músico a preguntas de DEIA. “Me he mirado en el espejo con este disco; y salgo favorecido”, apostilló.

Bakarka, editado hace algo más de un lustro, tiene origen en los conciertos en solitario que Ordorika empezó a compaginar tres años antes con sus habituales recitales con banda. “Siempre me ha gustado ese terreno y lo he venido trabajando desde mis comienzos. Tal y como lo veo ahora, lo raro es no haber sacado antes un disco en solitario porque como público me encanta ver a un músico de los que me gustan en solitario”, aclaró el músico, que llegó a grabar “unas 25 canciones” para el primer volumen del proyecto, de las que eligió 16 porque “el LP de vinilo no soporta más que cuarenta minutos, veinte por cara”, explicaba Ruper.