La artista parisina Marine Hugonnier entiende el cine como una herramienta de cambio: “Podemos cambiar la política y cómo estamos en el mundo. Necesitamos un cambio social y enfrentarnos con la relación con el otro y encontrar otra manera de estar conjuntamente. Intento llevar más allá los límites de la cinematografía y que hay otra manera de ver el mundo”. Ése es el hilo que va conduciendo toda la obra de esta creadora, antropóloga de formación , que emplea estrategias procedentes del documental y de la ficción para mostrar su preocupación por el planeta. 

Nacida en París , aunque en la actualidad reside en Londres, sus obras han sido expuesta internacionalmente, incluyendo presentaciones individuales en instituciones. Hasta el próximo 21 de enero de 2024, se pueden ver en la sala Film & Video del Guggenheim Bilbao su singular instalación Informes de campo, en la que se puede percibir las claves o esos temas o cuestiones para los que todavía no tengo la respuesta. Solo planteo las preguntas”, asegura la artista.

En la exposición, Marine Hugonnier pretende advertir de las consecuencias para la naturaleza del cambio climático causado por la humanidad, según ha explicado la creadora durante la presentación de la exposición, en la que ha estado acompañada por el director general del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte y por Manuel Cirauquí, comisario de la exposición.

Exposición de Marine Hugonnier en la Sala Film& Video del Guggenheim Bilbao. Pablo Viñas

Informe Meadow

La pieza central tiene como elemento central la película Meadow Report (Informe del campo, 2021), una representación de los famosos jardines franceses de Giverny en los que el pintor impresionista Claude Monet creó el entorno artificial donde pintaría su célebre obra Los Nenúfares mientras su vista empeoraba debido a las cataratas. Para captar las imágenes, Hugonnier situó su cámara al atardecer en mitad del lago, en busca de una perspectiva distinta a la humana, para observar el jardín, los perfiles de las hojas de los nenúfares y el icónico puente verde que creó Monet. 

La película es una toma ininterrumpida hasta agotar los 122 metros de una bobina completa de celuloide. En un momento dado, Hugonnier retira la lente de la cámara con el fin de poner la imagen analógica directamente en contacto con el entorno, consiguiendo una imagen abstracta que refleja las luces brillantes y los movimientos de los seres presentes en la tranquila noche de verano en la que tuvo lugar la filmación. .

El título de la pieza invita al espectador a reflexionar sobre la actual crisis medioambiental, aludiendo a uno de los primeros documentos publicados sobre el cambio climático conocido como Informe Meadows (1972), encargado por el Club de Roma, que alertaba sobre la existencia de límites biofísicos en el planeta al desmesurado crecimiento de los sistemas socioeconómicos. El informe predecía las catastróficas consecuencias de la continua y desenfrenada explotación de los recursos de la Tierra.

En la antesala de la videoproyección, se muestra la fotografía de gran formato titulada Hacia el mañana (2001) que refleja una imagen tomada por Hugonnier mirando hacia Siberia desde el lado estadounidense del estrecho de Bering, en Alaska, y atravesando la línea internacional de cambio de fecha.

A pesar de que ambos lugares están separados por apenas 65 kilómetros, el huso horario de Siberia va 24 horas por delante del de Alaska. Frente a esta fotografía se encuentra El deseo no es gran cosa, y sin embargo (2015), un estudio videoartístico de la escultura clásica romana Hermafrodito Durmiente que pertenece al Museo del Louvre de París. El filme de Hugonnier revela su cuerpo a medida que la cámara recorre las curvas de la escultura de mármol, cuyos pies y labios han sido animados digitalmente. 

Según ha explicado el comisario, la obra aborda también la temática de género “directamente, pero también sutilmente. Trata de vislumbrar el deseo en un cuerpo que trasciende las convenciones binarias, invitando al público a considerar de manera crítica, la posibilidad de una mirada sin sesgo de género”.

Películas, fotografías, esculturas...

Marine Hugonnier creció entre Estados Unidos, Francia y Marruecos. Se formó en Filosofía en la Universidad de Tolbiac de París; en Antropología en la Universidad de Nanterre y también en París; y en Arte en Le Fresnoy - Studio national des arts contemporains de Lille, Francia. Vive y trabaja en Londres. Con una amplia obra que abarca películas, fotografías, esculturas y trabajos en papel, centra su interés en la construcción de la mirada y la imagen, ya sea en sentido cultural, ya sea desde una perspectiva más metafísica. Hugonnier cuestiona los convencionalismos de la representación interrogando las distintas posibilidades de la cámara y la mirada. La propia artista sintetiza su trabajo como una investigación en torno a la “política de la visión”.

La directora de cine y artista francobritánica ha rodado en Afganistán y en la Amazonia, poniendo bajo la lente perspectivas visuales como la del panorama y sus aplicaciones militares. Su obra se encuentra en colecciones como la del MoMA de Nueva York, Musée d’art moderne de la Ville de París, National Gallery de Washington, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y MACBA de Barcelona, entre otras.