Reconocido como uno de los compositores contemporáneos más reputados del siglo XXI, el estadounidense Jake Runestad (Illinois, 1986) ha elegido el Palacio Euskalduna de Bilbao como escenario europeo para el estreno de Earth Symphony, una pieza de marcado acento ecologista de 35 minutos para coro y orquesta que interpretarán la BOS y San Juan Bautista Abesbatza jueves y viernes, en un programa que incluirá también Los Planetas, de Gustav Holst. “Mi sinfonía da voz a los lamentos de la Madre Tierra, que sufre con las acciones del ser humano. Hace falta un cambio de mentalidad, y no es fácil”, explica Runestad.

“El ensayo de esta pieza para coro y orquesta, que en cierta forma cuenta la historia de la humanidad, es el momento más especial y emocionante de todo el proceso artístico”, explicaba el compositor después de que los maestros de la BOS recogieran sus instrumentos. “Es porque veo que mi música no está en una partitura o en mi mente, sino en el cuerpo y el corazón de los músicos que la interpretan. Es una maravilla y me gusta participar en el ensayo en cuestiones como el tempo o el ritmo. Una cosa es la música de la partitura, y otra su traslación al directo”, apostilla.

Earth Symphony (La sinfonía de la Tierra), que contará con Nacho de Paz como director de la BOS, se estrenó hace apenas dos meses en Estados Unidos, en el Bob Cole Conservatory of Music de la Universidad Estatal de California. Allí, en Estados Unidos, se ha representado “solo tres veces”, explica Runestad, compositor de éxito mundial cuyo trabajo se ha representado en teatros y auditorios de cuatro continentes.

El Palacio Euskalduna es el escenario elegido para su estreno en Europa. La razón nace de la relación de amistad del compositor con Basilio Astúnez, director de San Juan Bautista Abesbatza, que compartirá escenario con la BOS. “Todo surgió gracias a Basilio, a quien conocí hace un año haciendo el Camino de Santiago. Luego fui a ver un concierto de su coro y fue increíble, así que cuando me propuso estrenar la sinfonía aquí con la BOS me pareció genial”, indica Runestad.

Earth Symphony, que se representará en Munich en febrero de 2024, es una sinfonía ecologista que imagina la esperanza de la Tierra para la Humanidad, el descubrimiento de su poder, su ruina a manos de ella, su lamento por su pérdida y su recuperación, planteando, desde el arte, algunas de las preguntas ambientales más rabiosamente actuales de una manera completamente novedosa. “Narra la destrucción de la Tierra a través de la acción del hombre y de la mujer, de su obsesión con el poder, el progreso y la construcción de más y más edificios. ¿Por qué, para qué? ¿Qué vamos a hacer con todo eso?”, se pregunta su autor.

Cinco movimientos

El coro juega “un papel capital” en Earth Symphony, según su autor. “La voz es el instrumento principal de la obra, la de la Madre Tierra contando la historia de su relación con el ser humano”, prosigue. “Todos podemos cantar, lo que es tan bonito como accesible. Y es más comprensible para el no iniciado, ya que incorpora palabras. Es más fácil de conectar con ella”, apostilla.

Los arreglos musicales de esta sinfonía “abarcan todo tipo de sonoridades, de las más líricas a las violentas y épicas”, guiños incluidos a Purcell y a Epitafio de Seikilos, la obra musical completa más antigua que se conserva. “Toda la música que he escuchado está en mis composiciones (risas). Esa es la vida de un creador, una mezcla de todo lo escuchado”, asevera el músico.

Runestad siempre crea –al viejo estilo, “con papel y lápiz”–, partiendo de los textos de su colaborador Todd Boss. “Es un trabajo conjunto laborioso. Luego, yo creo cantando y tocando el piano”, indica el músico, que logró un Premio EMMY por esta obra. “Fue un honor. Los premios sirven para que las obras sean más reconocidas, pero mi mayor premio es la música en sí, que siempre debe crearse desde el corazón”, concluye.