La literatura no tiene ningún sentido sin un receptor que la paladee, interprete y arrogue. Algo así es lo que ha venido a decir el escritor Javier Cercas, quien ha puesto el foco en los destinatarios de las obras al recibir el Premio Atea en el marco de la Feria del Libro de Bilbao: “El verdadero protagonista de la literatura no somos los autores, son los lectores”. Junto al autor, Eider Rodríguez ha recibido el mismo galardón tras la publicación de la traducción al castellano de Eraikuntzarako materiala. “Estar aquí me provoca una emoción especial y extraña porque es un libro escrito en la más absoluta soledad”, ha confesado la guipuzcoana durante la inauguración de la feria, en El Arenal, que contará con 55 expositores hasta el 11 de junio.

Poco importa que la última obra de Cercas, No callar. Crónicas, ensayos y artículos 2000-2022, sea un compendio de textos alejados de la ficción. La reflexión del autor sirve para cualquier tipo de lectura e, incluso, la pone en boca de uno de los personajes de la trilogía Terra Alta. “Es un bibliotecario de una cárcel que dice: la mitad de una novela la escribe un autor, la otra mitad el lector”, ha indicado el escritor, quien considera que el libro es una partitura que el lector debe interpretar a su manera. En eso consiste la magia. “Un libro sin lectores es letra muerta. No es populismo literario, es exactamente lo contrario”, ha apuntado el autor, quien parafraseando a Paul Valéry, ha apelado a los “lectores atentos, empecinados, dotados de una inocencia armada, lectores capaces de descubrir en los libros cosas que el escritor ni siquiera era del todo consciente de haber escrito”.

Como lectora llegó a la literatura, “de muy pequeña”, Eider Rodríguez. “Era una puerta para huir del mundo”, ha reconocido la errenteriarra, para quien tuvo la misma función al empezar a escribir. “Esa puerta era para mirar al exterior, pero con el tiempo la literatura se convirtió en una puerta para mirar hacia el interior, y también para estar en el mundo en lugar de huir”, ha revelado la autora, que acaba de publicar Material de construcción, un relato familiar edificado mediante una conversación imposible entre una hija y un padre alcohólico que ha fallecido. Según ha relatado, el proceso de escritura de esta novela fue “producto de una soledad íntima, desde el borde de la destrucción”. Por ello, ha revelado que ha sido muy “satisfactorio” ver que el libro, en manos de otros, se ha convertido en otra cosa: “Con su material han acertado a construir su propia casa”. 

COMPRAR LIBROS

Durante la inauguración de la feria, en la que se otorgaron los reconocimientos promovidos por Laboral Kutxa, el alcalde Juan Mari Aburto se ha “atrevido a corregir” a Javier Cercas y ha afirmado que, “además de los lectores hay otra clave fundamental, que son los compradores de libros”. En ese sentido, ha emplazado a los bilbainos a acercarse a la feria, en la que se celebrarán presentaciones de autores, conferencias, firmas y premios literarios. El presidente de la Cámara del Libro de Euskadi, José Agustín Iturri, el presidente de la Asociación de Libreros, Kepa Torrealdai, y el coordinador de las Ferias del Libro de Euskadi, Asier Muniategi, entre otros, han estado presentes en la inauguración.

A pie de estand, Begoña Martín, propietaria de Librería Etxean, ha aseverado que no falla nunca a la feria. “Es una forma de que la gente vea que hay una serie de editoriales, que quizás no son las más conocidas, pero que son buenísimas”, ha afirmado la librera, quien concreta que el fin de semana tendrán hasta 13 autores firmando libros, lo que siempre resulta atractivo. Aún es pronto para saber cuáles serán los libros que más se venderán, aunque Martín ha adelantado que la nueva publicación de Juan Luis Arsuaga “ya está arrasando”. También ha concretado que el thriller vasco, conocido también como el thriller euskandinavo, funciona muy bien. “La gente ha vuelto a la lectura, pero sobre todo ha vuelto a las librerías de barrio. Ya no hay disculpas, si nos piden un libro que no tenemos se lo traemos de un día a otro”, ha confesado la librera, quien admite que la industria está viviendo un “momento dulce”.