Agate Deuna es una coproducción del Teatro Arriaga y la compañía MDVdanza del bailarín bilbaino Mikel del Valle. Se estrenó en 2019 y ahora se traslada al Euskalduna, donde se podrá ver el 4 de febrero en el marco del festival Bizi Euskalduna que abre las puertas del Palacio de Congresos y de la Música a la ciudadanía. El Palacio llenará diez de sus espacios durante 12 horas de manera ininterrumpida, en los que se realizarán más de 15 actividades. 

Además, se celebrarán diferentes espectáculos – teatro, danza, música– a precios especiales, entre los que se encuentra Agate Deuna, la coreografía de Mikel del Valle que se ha inspirado en la tradición de las coplas de Santa Águeda, la mártir a la que cortaron los pechos, para crear una obra en la que homenajea también a las mujeres con cáncer de mama. La función continuará con Geraldine Ramirez, vocalista de jazz, que pone voz a varias canciones de su repertorio y Pello Reparaz y el grupo Zetak con su música electrónica en euskera. “Va a haber varios cambios con respecto a la obra que se presentó en 2019”, anuncia Mikel del Valle, que explica que contará también en escena con la presencia de txalaparta, una soprano, una pianista y una bertsolari. 

Corría el siglo III cuando Águeda de Catania, que había ofrecido su virginidad a Cristo, rechazó a Quintianus, precónsul de Sicilia. El diplomático le cortó los senos y luego la quemó viva. Se dice que ante la erupción del Etna, al año siguiente de su martirio, los habitantes le rogaron que les salvase y entonces se detuvo la lava que entraba en la ciudad. 

Patrona de Sicilia, a Santa Águeda se le atribuye el poder regenerador de las cenizas y se le ha invocado ante tragedias con fuego o los males de pecho como los problemas de lactancia. “Si ocurriera en nuestros días, se le invocaría para el cáncer de mama”, explica el bailarín bilbaino Mikel del Valle, que realizó hace unos años un proceso de investigación sobre esta creencia vasco-sicialiana . 

Desde pequeños, disfrutamos de esta tradición, tan telúrica, salimos a cantar a la calle, golpeando con las makilas, cantando las coplas vascas... Pero mucha gente no sabe cuál es su origen ”, asegura Del Valle. Pero Agate Deuna va mucho más allá: “Durante la creación de la obra, también me reuní con mujeres que han pasado o qué estaban pasando cáncer de mama. Para mí ha sido la parte más difícil, intentar visibilizar y plasmar esta enfermedad desde el respeto en escena”.  

Positivismo, esperanza

A través de la danza contemporánea, Del Valle pone sobre las tablas el sufrimiento por el que pasan muchas mujeres una vez que se les diagnostica esta dolencia. “He intentado mantener el equilibrio y realizar un montaje repleto de positivismo, de esperanza, de vida, de ilusión”. Para ello, se vale también de otras disciplinas artísticas como la música, el bertsolarismo... “Esta fusión hace que interese a distintos públicos, no solo al del mundo de la danza. A veces es difícil competir con otras disciplinas, con el teatro, con los conciertos... ”, expone el bailarín. 

Mikel del Valle comenzó su formación en danza clásica con Ion Beitia y Carmen Roche. Después transitó hacia la danza contemporánea en el centro andaluz de danza dirigido por Blanca Li y titulado en el conservatorio profesional de danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla. 

“Tras ganar unos certámenes coreográficos, me llamaron Emilio Sagi y Dani Bianco del teatro Arriaga y me ofrecieron hacer unos Cuartitos en el teatro bilbaino”, explica el bailarín y coreógrafo. Desde entonces, ha ido encadenando una producción tras otra.

 “El año pasado realicé las coreografías de la tercera temporada de Sky rojo, que ya se puede ver en las plataformas. Y he estado también coreografiando Berlín, la secuela de La casa de papel, que aborda qué pasó antes de la serie. No tiene nada que ver trabajar con bailarines que con actores, pero sí es verdad que trabajo también muy mano a mano con ellos para que se sientan lo más cómodos posible. Me fascina el mundo del cine, de las plataformas. Además, hay actrices y actores que se mueven muy bien”. Las entradas ya están a la venta y tienen un precio de 17 euros.