El músico gallego se subirá este viernes al escenario del festival irundarra con la libertad de no tener que promocionar un nuevo disco y con la experiencia del paso del tiempo, que le han hecho disfrutar de la música de otra manera: “Básicamente, vamos a pasárnoslo bien”.

Ha vuelto a reunir a la banda, pero no están tocando mucho. ¿Por qué?

El año pasado hice con mi hermano Amaro la gira Cuentos y canciones, que era una fiesta pero limitada por la pandemia. Este año, mientras estábamos grabando el nuevo disco que saldrá en marzo, nos pareció un buen momento para hacer una gira pequeña. Yo no quería hacer algo largo, así que cerré quince conciertos con la banda porque estábamos disfrutando tanto tocando en el disco que queríamos ir por ahí. Es una gira donde no presento nada (risas). Básicamente, vamos a pasárnoslo bien.

¿Cada vez le agotan más las giras?

Lo noto en la edad. El cuerpo no me responde igual. Más que una cuestión del escenario, es una cuestión de la espalda (risas). Aún así, sigo disfrutándolo mucho y gracias a Dios viajo con un cierto confort. Todo el equipo somos muy amigos y nos queremos mucho, aunque ya no puedo permitirme excesos (risas). Al final, estás comiendo todos los días fuera, durmiendo por ahí, viajas mucho... y hace que tu estómago no este igual.

“Con 25 años solo quería romperlo todo, que mi música fuera distinta. Lo hacía por una serie de razones que algunas continúan y otras no”

Por lo que comenta, las giras le agotan físicamente, pero no mentalmente.

La parte mental y la parte de trabajar en casa la sigo disfrutando mucho. La parte del proceso creativo cada día me interesa más. Tengo una banda con la que puedo llevar a cabo un montón de cosas. Cada vez que termino algo, disfruto mucho volviendo a empezar. Puedo hacerlo más por el proceso que por el disco mismo, pero cuando lo tienes terminado te apetece ir a tocarlo. El directo te sirve para desarrollarlo.

Imagino que esa fluidez creativa es algo que también le da los años.

Sí. Al final, es un oficio, así que yo trato, sobre todo, de no aburrirme. Nunca pienso en términos económicos, sino en términos de diversión, aunque a veces esa diversión se convierta en euros. He podido ir haciendo lo que quería porque el público me ha dado esa opción. Eso no quiere decir que no haya una responsabilidad. Yo no compito contra los demás, compito contra mí, y me gusta. Es algo que también tiene que ver con las fases que vas pasando. Todos vamos buscando nuestro confort.

Esas fases estarán bien reflejadas en cada uno de sus discos.

Efectivamente. Son relatos de cada momento. Probablemente, el trabajo de los textos es el que más tiempo me lleva. Me cuesta mucho. Con los años, me he dado cuenta de que no quiero estresarme. Si no tengo ganas de escribir, no escribo y hago otra cosa. Creo que el hecho de dejar esa parte funcionando sola me ayuda a estar más fino a la hora de escribir. Cada vez tiro más a estar en ese mundo, a verlo todo de manera más natural y a seguir con mi vida. Trato de hacer los discos sin darme cuenta y de vivir encontrándome con las canciones. A la hora de tocar hacemos un poco lo mismo. Somos una banda que en directo vamos muy libres. Cada vez somos más abiertos.

“Las nuevas generaciones me parece una gente increíble. Nunca he estado en esa lucha de los números, pero ahora menos que nunca”

Con esa libertad sobre el escenario y al no venir con un disco de promoción, ¿qué se va a encontrar el público?

Vamos a hacer un repaso de cada época. Tocaremos temas míos y de Los Piratas. Lo estamos disfrutando muchísimo porque es realmente divertido coger temas que nos encantan. Creo que el público se lo va a pasar muy bien. O eso espero (risas).

¿Es imposible de huir de ‘Años 80’ y ‘Turnedo’?

No tengo ninguna intención de huir. Hace poco pensaba que si solo tuviera que tocar una canción sería Turnedo. Mejor eso que Cumpleaños feliz (risas). Con la edad uno gana una visión de las cosas mucho más serena. Cuando tenía 25 años solo quería romperlo todo, que mi música fuera distinta al resto. Lo hacía por una serie de razones que algunas continúan y otras no. La calma te permite vivir de otra manera.

En el festival comparte cartel con nombres como Zahara, Maika Makovski y Ginebras. ¿Cómo se ve dentro de la actual industria musical?

Yo estoy muy contento con mis compañeros. Me encanta ver a Zahara en el sitio que se merece o a Maika haciendo magia en el escenario. En general, todos nos llevamos muy bien. Noto un ambiente de camaradería y generosidad. Cada vez que llega alguien nuevo, la gente está encantada. Las nuevas generaciones me parece una gente increíble, muy talentosa y muy educada. Yo nunca he estado en esa lucha de los números, pero ahora menos que nunca. Yo puedo hacer mi trabajo y ya, pero veo cómo entre las demás bandas hay un ambiente de ganas de conocerse.