En un lienzo más grande que el anterior, el Bosque de Oma volverá a cobrar vida a través de 700 árboles que recogerán 33 conjuntos ideados originariamente por Agustín Ibarrola. Según se desgrana del proyecto creativo, algunos de los conjuntos se completarán, tomando mayor dimensión, y se recuperarán tres conjuntos que se perdieron en una tala en 1989. El traslado, que se ha planteado teniendo en cuenta “una visión más lógica, coherente y fiel” a lo que quería el artista, se realiza en dos fases. La primera de ellas se está ejecutando este verano con el pintado 14 obras, las más conocidas, y la segunda concluirá el verano que viene con el pintado de los 19 conjuntos restantes. “Es un lugar donde no vamos a añorar el viejo Bosque de Oma, no va a ser una réplica falsa, edulcorada, porque el espíritu con el que se está haciendo no es así”, ha asegurado este lunes José Ibarrola, hijo del artista. El bosque se abrirá al público a partir del próximo lunes y solo se podrá visitar mediante visitas guiadas que se concertarán con citas previas, un sistema que, muy posiblemente, se mantendrá a la larga para preservar el cuidado del bosque.

“Los árboles nacen, crecen y mueren. Esto es lo que ha sucedido en Oma. Ante esto nos hemos planteado el traslado de las pinturas de una parte del bosque a otra, para que su legado, sus ideas, sus reflexiones, sus conceptos sigan manteniéndose”, ha explicado Fernando Bazeta, profesor de la UPV/EHU encargado de liderar el equipo multidisciplinar que está llevando a cabo el proyecto. "Es una solución innovadora que permite su continuidad. Con este traslado la obra de Ibarrola continúa”, ha señalado, por su parte, Lorea Bilbao, diputada de Cultura, quien ha destacado el trabajo exhaustivo realizado para llevar a cabo la relectura de las obras. “En un principio había catalogados 47 conjuntos, pero después de hacer un estudio serio y, con la información aportada por José Ibarrola, hemos conseguido una visión más lógica, coherente y fiel a lo que quería Agustín Ibarrola”, ha detallado Bazeta, quien ha anunciado que se han reducido los conjuntos a 33. “Pero no hay que entenderlo de forma reductiva, porque el número total de árboles sube de 500 a 700”, ha añadido el profesor de la UPV/EHU, quien ha expuesto que se completarán conjuntos que quedaron inacabados y se recuperarán otros conjuntos que hace años habían desaparecido.

PROYECTO EN DOS FASES

El mapa del Bosque de Oma y sus diferentes fases de ejecución. DFB

El proyecto creativo se realizará en dos fases. La primera viene desarrollándose desde finales de junio a octubre de 2022 y acabará con el traslado de los primeros 14 conjuntos que sirven de entrada al espacio: Invitación al beso o El rombo amarillo; el primero que pintó Ibarrola, La línea horizontal; y otros convertidos en icónicos y populares como El arcoíris y Ojos. Durante estos meses se pintarán, además, Relación cóncavo convexo, A modo de Equipo 57 u Horizontal, diagonal, vertical, entre otros. En la segunda fase se pintarán los 19 conjuntos restantes hasta completar los 33. Minimal, Rúbrica, Los motoristas, Homenaje al Greco, La llama, Círculos de colores, Composición naranja y violeta... son algunos de ellos. También en esta segunda fase, que concluirá el verano de 2023, se pintarán Mezquita de Córdoba, Homenaje al Roble y Amenaza nuclear, conjuntos que se perdieron en 1989 por la tala realizada por los propietarios de los terrenos en aquella época. Entre las obras que se completarán, Bazeta ha citado Ritmos envolventes, por ejemplo, obra cubierta por la vegetación a la que descubrieron que le faltaban varios árboles.

“No se va a pintar nada que no se haya pintado previamente por Agustín, pero hay que ajustarse al capricho de los árboles”, ha revelado José Ibarrola, quien ha detallado que algunos conjuntos no encajan del todo bien en la nueva orografía. En ese sentido, Bazeta ha apuntado que, además de contar con una pintura inocua que no daña a los árboles, se han basado en el inventario realizado en 2015 para completar el proyecto que tendrá un recorrido de más de un kilómetro. Los criterios que han tenido en cuenta para materializar el traslado consisten en la búsqueda de una orografía similar, la equivalencia de los punto de perspectiva, la semejanza e igualdad en las densidades y profundidades de las perspectivas y el establecimiento de un diálogo similar entre los árboles pintados. “Invitación al beso tiene que estar al ras, mientras que El rayo necesita una visión desde un punto de vista superior con mirada descendente”, ha puesto como ejemplo Fernando Bazeta, sobre un proyecto que está vivo: “El bosque tiene vida propia, los troncos de los pinos crecen un centímetro al año”, ha matizado.

Según ha añadido la diputada de Cultura, para que el recorrido sea más agradable, se acondicionarán con cortezas de pino y de ciprés trituradas y se crearán zonas de descanso en el camino. Con el objetivo de que todo esté a punto a finales del verano que viene, la Diputación Foral de Bizkaia cuenta con un equipo multidisciplinar, liderado por Fernado Bazeta, en el que se encuentran dos artistas plásticos, tres expertos en restauración, un especialista en Arte Contemporáneo, un arquitecto de la UPV/EHU y dos arquitectos especialistas de la empresa Sortu, así como dos alumnas del grado de Conservación y restauración de la UPV y expertos forestales de Basalan. 

VISITAS GUIADAS DESDE EL LUNES

El Bosque de Oma se abrirá al público el próximo lunes, cuando se podrá visitar únicamente en visitas guiadas y mediante cita previa llamando al teléfono 94 465 16 57. Según ha concretado la diputada Lorea Bilbao, hasta la fecha más de 200 personas se han preinscrito para participar en las visitas. En su mayoría con vizcainos y gipuzcoanos, aunque también hay visitantes estatales. Las personas que visiten el bosque de Oma a partir de la semana que viene verán algunos conjuntos ya pintados al tiempo que serán testigos del proceso de pintado de otros conjuntos artísticos. Se organizarán dos visitas de lunes a domingo en horario de mañana, a las 10.30 y a las 12.30 horas, hasta el 11 de septiembre. La diputada ha concretado que a los sumo se podrían llegar a hacer tres visitas, en función de la demanda. Asimismo, de cara al futuro, ha revelado que “seguramente se mantendrán las visitas. Soltar a miles de personas al día es contraproducente para el bosque”.